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Santiago Lago Peñas.

Orzamentos 2018: Una perspectiva de largo plazo

Los presupuestos de la Xunta para 2018 aprobados esta semana pueden analizarse desde diferentes perspectivas. Una que me parece interesante es la que los inserta en el episodio de la llamada Gran Recesión. En el cuadro adjunto aparecen los presupuestos que la Xunta elaboró justo antes del estallido de la crisis, a finales de 2007, y los de 2018. A pesar de que llevamos ya tres años de recuperación vigorosa (2018 será el cuarto) los ingresos no financieros presupuestados de la Xunta están un 16% por debajo del máximo que se alcanzó en 2008: 1789 millones de euros corrientes menos. De entrada, una reducción sustancial y chocante. No obstante, hay que ser cuidadosos al interpretar esta cifra.

En primer lugar, el sistema de financiación autonómica, que proporciona la parte del león de los ingresos, va a proporcionar en 2018 un 1% más. No está mal, pero no hay que olvidar que los precios han subido entre 2008 y 2018, de forma que el poder adquisitivo de ese dinero es menor.

En segundo lugar, los ingresos de capital son un tercio menores (-33%), como consecuencia de la caída del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) y de la progresiva rebaja de los fondos europeos. Difícilmente vamos a poder volver a las cifras pre-crisis si no media una reforma ambiciosa del FCI como la que hemos propuesto en uno de los últimos informes de la red RIFDE (www.rifde.es).

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En tercer lugar, la sorprendente reducción del resto de los ingresos (-1579 millones) se explica en dos tercios por meros cambios de criterio de contabilización. En particular, pero no solo, las transferencias de la Administración central a los municipios se contabilizaban como ingresos de la Xunta que, en realidad, hacía de mero tesorero. Creo que dejarlo al margen es preferible. El otro tercio, alrededor de 500 millones, sí supone una caída real de ingresos y tiene que ver, sobre todo, con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y rebajas en el Impuesto sobre Sucesiones. No hay visos de que este dinero vaya a recuperarse tampoco a medio plazo. De ahí que sea tan importante una reforma del sistema de financiación autonómica vinculada a una reforma integral del sistema fiscal español.

Sin la reforma del FCI, del sistema tributario español y de la financiación autonómica seguiremos todavía unos años con una capacidad presupuestaria inferior a la que teníamos antes de crisis, por más que el PIB ya se haya recuperado en términos nominales y pronto lo hagamos a precios constantes.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)

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