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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El duelo

Es posible que, tal y como prevén algunos en el interior de ese partido, los congresos provinciales del PSdeG/PSOE se conviertan, de facto, en un duelo que también podría calificarse como una especie de revancha. Lo protagonizarían, por un lado, los partidarios de Gonzalo Caballero, que está contra las "baronías", y, por el otro, quienes quieren mantener su hegemonía, por sí o por procurador. Parece obvio que con los resultados hasta ahora logrados y por el pero propio de la jerarquía, el secretario general y los suyos tienen ventaja, pero nunca se sabe. Habrá que verlo.

Hasta el momento, el esquema que plantea el "premier" socialista gallego recuerda, en cierto modo, al que en la orilla contraria manejó durante sus años de esplendor el presidente provincial del PP pontevedrés, Rafael Louzán, que dominó políticamente la provincia desde una muy fuerte posición en el rural y las villas medias, aunque en las ciudades sus resultados no se tradujeran en Alcaldías. Una táctica que le sirvió para lograr no solo una abrumadora ventaja en los partidos judiciales menores sino, con ella, el gobierno de la Diputación.

Hay, sin embargo, una diferencia esencial. La derrota -y consiguiente pase al ostracismo- de Louzán fue, sobre todo, consecuencia de la crisis económica y el desgaste personal y del partido, que le hicieron perder votos -y diputados- en todas partes. El PSdeG, de imitar el modelo, tiene desventajas claras: una, la bisoñez en altos cargos de su primer secretario; otra, la menor implantación socialista en el rural que la del PP y, sobre todo, la tercera: que dependerá de Vigo y Pontevedra para, aun si gana, aplicar sus criterios. Por motivos diferentes, pero medibles.

(En Pontevedra, los sucesivos pactos que dieron la Alcaldía al BNG, con Lores y Mosquera, fueron deteriorando al PSdeG, que ahora apenas existe como fuerza influyente en la ciudad y tiene solo tres ediles -uno de ellos sin vinculación con ella- y con escasas opciones de liderar la provincia. En Vigo ocurre lo contrario: una gran fuerza de voto, pero basada en la actuación de un buen alcalde que está contra su secretario general y, sobre todo, contra su modelo. Aportará votos a la batalla por la Diputación, pero es ilusorio pensar que renuncie a ella y a su peso global).

Lo que sea, sonará, porque no solo las dificultades -y los duelos- pueden aflorar, aunque quizá con menor virulencia, en las otras tres provincias gallegas, sino que su solución dependerá de un acuerdo. Que no solo pase por la renuncia de los "pesos pesados" históricos, sino también a "dejar" en su lugar a alguno de los suyos, lo que estaría abiertamente en contra de las tesis de la Secretaría Xeral. De ahí que, al menos en opinión de quien escribe, el asunto necesitará generosidad, que es justo lo que falta en el PSdeG. Bueno, y que en los demás partidos tampoco abunda.

¿No...?

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