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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La decisión

Uno de los datos, por no decir el más significativo de todos ellos, de cuantos explicaron los pactantes de cara a las elecciones internas del PSOE este domingo, los señores Caballero -don Gonzalo- y Fernández Leiceaga -el primero candidato a la secretaría general y el segundo ya solo, de momento, aspirante a seguir como Portavoz Parlamentario- fue que su acuerdo pretende poner fin a las "tutelas" en el PSdeG/PSOE. Suena a independencia, algo lógico con el recuerdo del 1/O tras el que el acto fue proclamado, aunque su significado simbólico, se supone, tiene poco que ver con el referéndum ilegal en Cataluña.

Sin la menor pretensión de criticar a los firmantes, y con el único objetivo de colocar las cosas en sus justos términos, es necesario recordar que los promotores del "fin del tutelaje" fueron los mismos a los que Madrid impuso. A uno como candidato a presidir la Xunta -después, tutelado por una llamada gestora regional ganó las primarias- y a otro, en las listas durante una reunión "discreta" en el despacho de Pedro Sánchez en Madrid contra la opinión de la militancia de Vigo y comarca, a la que teóricamente debería de representar.

Sería bueno, desde luego, que ese tipo de maniobras desapareciesen del PSOE y de todos los partidos, pero como los paladines de su eliminación empiecen por participar en ellas, la auténtica democratización de la política irá para muy largo. Y más aún si quienes apelan a "darle voz a las bases" seleccionan previamente cuáles serán las beneficiadas y cuáles no, en función -como es habitual- de su afinidad o lejanía con los proponentes. Por no hablar, claro, de lo extraño que resulta predicar contra los "tutelajes" cuando el predicador se dice "el Sánchez gallego".

( También es verdad que en los inicios de la carrera que termina mañana, el tercero de los entonces aspirantes amagó con un mensaje similar, aunque tras el pacto de los otros dos, se ha visto obligado a cambiar y ahora se proclama el "único garante de la unidad". Lo peor es que todo ello, teniendo en cuenta que proviene de dos aspirantes al mando y a su representación en la Cámara, habla y mucho del despiste general y la escasa fiabilidad de un partido al que la democracia española le debe mucho.)

En términos exclusivamente gallegos, resulta patético que ninguno de los tres haya dicho qué es lo que proponen, además de para su partido -y ninguno se ha salido, por cierto, de los tópicos patentados por el sanchismo cuando en realidad ya estaban inventados desde hacía mucho-, sino para este antiguo Reino. Solo coincidieron en lo de siempre, que es lo de ir contra Rajoy, Feijóo y el PP, y en despreciar el resultado de las urnas una y otra vez. Quizá sea ese, y no el rollo de "apartarse demasiado de la izquierda" lo que está produciendo la caída libre del PSOE en las últimas convocatorias, pero cada cual es muy libre de decidir su línea de boda. Mañana se verá si el PSdeG opta por suicidarse.

¿Eh...?

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