Pinga Pinga
La carrera "Pinga-Pinga" se va a convertir en una patata caliente para la alcaldesa María Ramallo y para el PP local porque todo parece indicar que los "propietarios" del campo de hierba artificial de Santo Tomé de Piñeiro tienen decidido no permitir que los corredores entren en el campo que es donde se coloca la salida y la meta desde el primer año, lo que contribuye a la espectacularidad de la prueba. El campo de Santo Tomé de Piñeiro pertenece a la Comunidad de Montes de aquella parroquia pero fue la Diputación la que, cumpliendo una promesa electoral, lo dotó de la hierba artificial y demás servicios. El presidente del club se arroga ahora la propiedad única e indiscutible del campo y cierra la puerta a la posibilidad de la celebración de esta importante carrera que ya consiguió gran notoriedad en el calendario atlético y, arguyendo que se puede perjudicar la instalación, manifiesta su total oposición a colaborar con el evento. Se da la circunstancia de que el mencionado presidente es concejal del PP y, enrocado como se encuentra en su decisión, hasta podría causar un problema gordísimo a su partido solo con negarse a levantar la mano cuando hubiera que votar cualquier cosa en cualquier Pleno Municipal. La carrera corre peligro; la mayoría absoluta del PP, también y todo, a mi juicio, por un capricho absurdo. ¿Es o no una "patata caliente"?... Pues a ver quien sopla.
A ver si por fin?
