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desde mi atalaya

Manuel Torres

Tambo, la olvidada

Diariamente, al levantarnos, al mirar por la ventana o al salir de casa, frente a nuestra vista, delante de nuestros ojos, aparece la isla de Tambo, que como describió el poeta: "parece una tortuga nadando perezosamente hacia la orilla", isla que forma parte de nuestro paisaje, y como celosa centinela sigue silenciosamente frente al puerto, y está permanentemente alerta en cumplimiento de su misión de marcando el rumbo correcto para que los barcos arriben, sin peligro alguno a nuestro puerto.

Isla que entró en nuestra historia entre brumas de leyenda y milagros, y sigue impertérrita ahí, fondeada frente a nuestra villa y puerto, como testigo mudo de infinidad de hechos, disputas y vicisitudes de todo orden, formando parte indivisible de nuestra secular historia, como baluarte, centinela y emblema de nuestro puerto.

Y los marinenses no debemos olvidar la participación que tuvo en el desarrollo social y económico de nuestra villa. Y porque forma parte de nuestro patrimonio histórico. Pero, ¿qué pensamos sobre ella? ¿Qué valor le damos en nuestra historia? ¿Cómo la recordamos y sobre todo cómo la vemos? ¿Qué queremos para su futuro? Estas y otras muchas interrogaciones podíamos hacer sobre el presente, y sobre todo, el futuro de la isla de Tambo. Y en éstos tiempos que corren, cuando está en discusión su futuro y a que se va a dedicar, ¿los marinenses que opinión tenemos?

Viene a cuento esta reflexión porque en estos momentos está en juego el destino de Tambo, y entendemos, que los marinenses debemos tomar parte en este debate abierto para colaborar al mejor fin del futuro de la isla.

Por ello no podemos ni debemos olvidarnos ahora de su futuro, después de tantos siglos de convivencia y tantos magníficos servicios a nuestra villa.

Por eso no debemos olvidar que Tambo, aparte de su historia de grandes milagros y apariciones, fue donde se construyó la primera ermita en honor del Arcángel San Miguel, patrono de nuestros mareantes, y en esa ermita se celebraba anualmente su fiesta, participando todos los marineros de la ría. Mas tarde fue construido en ella el lazareto para la cuarentena de los que venían de América a nuestro puerto, y más recientemente, desde 1917, fue utilizada por la Base Naval, Polígono de Tiro y Escuela Naval Militar. Por lo que estuvo unida a los mismos destinos que nuestra villa.

Por todo ello, ahora que se está discutiendo su destino, Marín debe participar en ese patronato junto con la Xunta, la Diputación y Poio. Pues desde el año 2002 que se desmilitarizó la isla, y todavía quince años después, no sabemos cuál va a ser su destino inmediato. Nuestro municipio por historia y tradición debe tomar parte en la decisión sobre Tambo y velar por su conservación y mantenimiento del fin a que se destine.

Y dada la importancia de esta misión, entendemos que deberá hacerse mediante una mancomunidad o patronato que sea el responsable de su cuidado.

Por ello, entendemos que nuestro ayuntamiento debe tomar parte e interesarse por su destino y no mirar para otro lado, como ocurre ahora.

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