Con permiso del arquitecto Juan Argenti Navajas y del contratista Lisardo Álvarez López, hasta el último rincón del Hotel Universo llevó impregnada la esencia artística de Rafael Alonso Fernández.

La llamada arquitectura interior estuvo a cargo de aquel joven, pero ya artista prestigioso y premiado. Él realizó la decoración general y también diseñó el mobiliario completo: mesas, sillas, cuadros, esculturas, luces, alfombras y demás elementos ornamentales.

Rafael Alonso había realizado estudios de arquitectura antes de volcarse con la pintura y aquellos conocimientos le sirvieron de mucha ayuda cuando asumió el reto de afrontar por encargo de su amigo Rafael Trigo tan ambicioso proyecto.

Instalado en el hotel a medio construir, de un lado para otro trabajó a destajo y dejó plasmado un año entero de su vigorosa creatividad artística, cuyo resultado recibió el aplauso unánime. Particularmente la cafetería, el comedor y, sobre todo, la Boite con su espectacular mural, reflejaron el artista que llevaba dentro Rafael Alonso.