Los puestos de trabajo que cubren tareas repetitivas que no requiere habilidades especializadas han sido objeto de todo tipo de reformulaciones productivas orientadas a la mejora de la competitividad y reducción de costes. Por ello se han trasladado a países con salarios más bajos o se han externalizado a terceras empresas que por su volumen y especialización son capaces de realizar las tareas a precios más bajos o progresivamente van siendo sustituidos por máquinas, mejora de procesos o literalmente están desapareciendo.

Esto es lo que nos está llevando a ver que en general se están pagando salarios muy bajos y lo que está sucediendo realmente es que los trabajos no cualificados cada vez valen menos, dado que se puede obtener el fruto de su empleo de forma más barata.

Las economías basadas en puestos de trabajo que no exigen la interacción para su ejecución, es decir la necesidad de que un trabajador interactúe con un interlocutor, cliente, proveedor, para llevar a cabo su tarea, están abocadas a ser consideradas de a bajo coste y por tanto carecerán de capacidad de crecimiento y lo que es muy importante, carecen de capacidad de generar rentas con alto poder adquisitivo en los trabajadores para que la economía avance significativamente.

Por el contrario, los trabajos que requieren especialistas se están expandiendo en algunos casos de forma disruptiva que inducen a una falta de ajuste entre demanda y oferta y no son posibles ser cubiertos adecuadamente, sin considerar el problema demográfico derivado que, en lugares con envejecimiento poblacional, los jóvenes trabajadores especializados no alcanzan a cubrir las necesidades derivadas de la falta de efectivos cualificados.

En nuestro país se ha ido resolviendo buena parte de la diferencia entre oferta y demanda de puestos de trabajo cualificados, dado que en los últimos veinte años ha sido impresionante la incorporación de la mujer al trabajo y hoy es muy común ver que una gran cantidad de personal femenino cualificado ocupan un gran espectro de profesiones en todos los sectores laborales y profesionales. Cada vez será más necesario contar con una alta cualificación técnica para abordar las ingentes necesidades de conocimiento que la tecnología avanzada requiere, por tanto, las autoridades y las empresas han de trabajar arduamente para conciliar adecuadamente estos extremos, configurando sistemas educativos adecuados a la velocidad del cambio y al avance del conocimiento.

*Economista