Pongo música de los 70 como banda sonora de mi pluma porque con esos años en que nos conocimos tienen que ver mis protagonistas, ambos con un libro bajo el brazo. Con los dos tengo historias de juventud para hacer un libro.. . si tuviera mejor memoria.¡Ellos son, señoras y señoreeees, Víctor F. Freixanes, presi de la Real Academia Galega, y Paco Gómez Soto, empresario de prensa después que periodista!
Unha ducia de galegos
Tengo en las manos no sin emoción la reedición aún caliente, por la editorial Galaxia, de un libro que ya leí nada menos que en 1976: Unha ducia de galegos, de Víctor Freixanes . ¿Lo leí en 1976? Más bien lo vi construir poco a poco en sus 12 entrevistas aquel año e incluso recuerdo al menos una en la que acompañé a su autor, amigo de diario entonces, a la casa de Trasalba del entrevistado: Otero Pedrayo. ¡Si incluso nos quedamos tirados a la vuelta en la carretera Víctor y yo al galope de mi Dyane 6!¡Y cómo trabajó Malós, dueña de sus afectos, pasando a máquina tantas grabaciones! Leer otra vez este libro 40 años después me permite comprobar que, a lo mejor, es más necesaria su lectura ahora que antes. Antes, porque era necesario conocer el quien es quien de nuestro galleguismo tras el largo silencio franquista. Hoy, porque se hace necesario recordar cómo cambió cultural y políticamente un país ahora que parece adueñarse de la gente el olvido. Yo aconsejo desde mi humildad leer las 12 grandes entrevistas que Freixanes hace aquel año, cuando él tenía 25, a 12 "persoeiros do galeguismo", tras 40 años de dictadura. Ahora han transcurrido otros 40 de democracia y merece la pena refrescarse en la experiencia que va desde la memoria histórica de Pedrayo hasta la generación inmediatamente anterior del autor, con Carlos Casares, pasando por Celso Emilio Ferreiro, Isla Couto, Ramón Piñeiro, Blanco Amor ... El estilo periodístico es rico, colorista, ilustrativo y apetitoso.
Una parte del amor que me queda
Mi otro amigo, Paco Gómez Soto, ha escrito kms de tinta pero en los periódicos, y ahora que está felizmente jubilado nos llega con su primer libro de poesía: " Una parte del amor que me queda". Es el primero, es cierto, pero viene con el fruto maduro, curtido en el oficio de la prosa poética que siempre imprimía a sus artículos. Yo aprendí mucho de Paco, que más de una vez me sacó de apuros en la Universidad escribiendo por mí, con su estilo veloz y gafas resbaladas por la napia, lo que yo no sabía. Me encanta este libro de veterano que aparece como novel, en el que se delata su experiencia periodística en el dominio de la palabra, acentuada con una fuerte carga poética. Ahí están retazos de su historia ahora que emprendió "el capítulo 70 de su vida, tras apilar sentimientos a la orilla de los mares, almacenar soledades abiertas como heridas". Un libro que no puede quedar en el silencio y a mí me ha seducido, casi arrebatado. Le gustará a todo ser con canas y hará pensar al resto de la gente. Mucho amor, desamor, memoria.
Y de la música vitruviana
Y si hablé de libros no puedo menos que acabar con música. Me cuenta Javier Ferreiro, presidente del café Vitruvia, que hoy inician allí (P. Compostela) un ciclo de conciertos de música clásica durante el mes de agosto protagonizado por músicos jóvenes de aquí y de más allá de nuestras fronteras pero muy grandes en formación y reconocimiento. Es la apuesta "vitruviana" por acercar la música clásica a los vigueses a través de otros medios no habituales: sentarse en un café muy cerca de los intérpretes y disfrutar de la música clásica mientras te tomas algo.
