Queridos vigueses;

La directiva de la Cofradía del Cristo de la Victoria, encabezada por su presidenta Marora Martín Caloto, con el visto bueno de nuestro Alcalde, Abel Caballero, ha querido que este año sea yo quien me dirija a todos vosotros a través de este pregón en fecha tan importante para nuestra ciudad. Ha sido un honor que acepto con enorme satisfacción por la gran devoción que profeso a nuestro santísimo Cristo de la Victoria a cuya cofradía he pertenecido durante más de cuarenta años.

Aún recuerdo cuando el Hermano Mayor de la Cofradía, Ricardo Torres Quiroga, me ofreció el ser cofrade, lo que acepté sin dudar. Eso fue hace 50 años y desde entonces, siempre he asistido a la procesión, al igual que miles y miles de vigueses y buena parte de la población del Área de Metropolitana, lo harán este primer domingo de agosto, para acompañar en procesión a la imagen del Cristo de la Victoria, ese Cristo que hallaron en el mar los marineros de un barco cargado de sal.

Y cada año vivo, emocionado, el momento de la aparición de su imagen en el atrio de la Concatedral, mientras suena el himno nacional y los fieles le piden su protección y ayuda.

Desde muy joven, siempre supe que mi relación con la ciudad sería muy estrecha. Mi padre dirigía la emisora de radio de la ciudad y yo me formé para tomar el testigo. El trabajo de Radio Vigo es contar el día a día de nuestra ciudad, ser el notario imparcial de una realidad que no siempre agrada. En los últimos años hemos hablado de crisis y la hemos vivido muy de cerca. Hemos visto como el tejido empresarial de Vigo sufría el peor resultado económico de su historia; idéntico panorama vimos y vivimos a nivel nacional. Creedme que las empresas que presido no han sido meros espectadores. Hemos sufrido la crisis y nos hemos tenido que ajustar mucho el cinturón, pero hoy podemos hablar de futuro con esperanza e ilusión. Lo mismo le ha sucedido a muchas empresas de nuestra ciudad; algunas han sobrevivido y otras han tenido que reinventarse para salir adelante. Estoy seguro que el espíritu luchador de los vigueses y la intercesión de nuestro Santísimo Cristo algo han tenido que ver.

En nuestra emisora hemos hablado de paro, hemos hablado de familias que no llegan a fin de mes y de niños que pasan hambre, y esta realidad que hemos contado, ha contrastado con la impecable labor realizada desde el Banco de Alimentos, desde Cáritas, desde Cruz Roja, y desde tantas otras instituciones y organizaciones que han hecho de la ayuda al necesitado su bandera. Permitidme que hoy me acuerde de ellos y les rinda un merecido homenaje.

Y este juego de contrastes no para y pasamos de las noticias tristes a las más amables. Y necesariamente tengo que hacerle también un guiño a nuestro Celta, que nos ha brindado un año de ilusiones y emociones, que han servido de analgésico a esos momentos bajos. Y si os hablo del Celta, os hablaré de Balaídos y del buen color que tiene su reforma y si hablamos de reformas podríamos hablar de todas las calles que se han humanizado en los últimos años y de una ciudad que está superando su diferencia orográfica con ascensores y escaleras mecánicas, sin olvidarnos de un aeropuerto internacional que goza de los mejores resultados de su historia posicionando a Vigo dentro del mapa del turismo en Europa. Y podríamos hablar de la riqueza que genera ese turismo, y si hablamos de riqueza intelectual mi mirada se dirige al Berbés en donde pronto tendrá su sede la Universidad de Vigo, esa joven Universidad que con apenas 25 años ya supera a universidades centenarias en los rankins de calidad educativa.

No quiero olvidarme de la futura Ciudad del Mar en la ETEA, o de la Panificadora, proyectos que hoy ya suenan mucho mas a realidad.

Permitidme que hable de este Vigo de los últimos años y lo haga ilusionado; con la ilusión de quien ve cómo crece su ciudad y se posiciona como una urbe con ciudadanos que se enorgullecen de pertenecer a ella; estamos viviendo un viguismo que teníamos olvidado.

Quiero pedirle a nuestro Cristo de la Victoria que nos mantenga en esta línea, que le dé altura de miras a nuestros dirigentes políticos y sociales, para que continúen con la importante labor de hacer ciudad y pido que reine la concordia, el respeto y la cordialidad en la defensa de los intereses de Vigo y sus gentes.

También le pido por los medios de comunicación y por la gran responsabilidad que tenemos en contar lo que sucede con objetividad, sin generar alarmas injustificadas, pero sin ocultar realidades incómodas. Es nuestro compromiso en Radio Vigo y en Localia, -La televisión de Vigo- y me gustaría hoy ratificarlo ante todos los vigueses

Y termino recordando a mi padre, con las mismas palabras que él utilizó en el año 1994 en el acto de entrega de la medalla de oro de la ciudad a Radio Vigo.

"Que el Santísimo Cristo de la Victoria nos ampare y nos ilumine en la difícil tarea de formar, informar y entretener, que son las tres claves de nuestro trabajo diario".

Que así sea.

*Presidente de Radio Vigo Grupo de Comunicación