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Dominguín, Domingo Ortega y Parrita

La disputa abierta por la venta de carne de toro en Vigo no fue la única circunstancia adversa que generó aquella lidia del 5 de julio de 1931 para Domingo González Lucas, empresario del coso de San Roque.

Unos días antes "Dominguín" llegó a Pontevedra para supervisar todos los detalles de la corrida y le birlaron la cartera en un santiamén, nada menos que con 7.000 pesetas en su interior. El empresario siempre andaba con grandes sumas encima y algún amante de lo ajeno hizo su agosto en julio. Siete mil pesetas equivalían a un "sueldazo" anual en aquel tiempo.

González Lucas formuló la denuncia consiguiente ante la Policía, pero resultó incapaz de ofrecer alguna pista sobre cómo, donde y cuando sufrió el lamentable percance. Ese desconocimiento dificultó mucho la investigación y tanto de la cartera como del dinero nunca más se supo.

Por su limpieza y destreza, el robo llevó el sello de algún carterista de la legendaria escuela Lérez, como Venerando y su cuadrilla. Pero esa sospecha quedó en nada y la Policía no consiguió echar el guante al culpable.

"Dominguín" igualmente tuvo suerte de espalda en su papel de apoderado taurino con la presentación en Pontevedra del diestro Domingo Ortega. La expectación despertada se vio enormemente defraudada a la hora de la verdad aquel domingo. Los toros no ayudaron nada, pero el matador de Borox tampoco se esforzó lo más mínimo por agradar al respetable, que castigó su actuación con muchas protestas y sonoros pitos.

Un año después, Domingo Ortega volvió al coso de San Roque dispuesto a borrar su mala imagen y consiguió su propósito. Entonces se afanó de verdad, cortó su primera oreja, escuchó una cálida ovación y dio su primera vuelta al ruedo en Pontevedra para satisfacción de "Dominguín".

Aquel 5 de julio de 1931 también fue un día muy especial en la vida de Enrique Parra Ferradáns "Parrita", puesto que presenció la primera corrida de toros de su vida, cuando solo contaba la tierna edad de ocho años. Su retina nunca olvidó aquel espectáculo. El chaval asistió invitado por la familia del jefe de personal de la plaza, Ricardo Lores.

El propio Enrique Parra contó tan peculiar bautismo en su libro sobre la historia de la plaza de toros de Pontevedra. Aunque los cronistas no dejaron títere con cabeza a la hora de valorar aquella corrida y censuraron por igual a toros y toreros, "Parrita" confesó su total y absoluto deslumbramiento ante lo visto y vivido aquella tarde, y ya no quiso ni pudo sacudirse nunca de una afición desmedida.

Sin mala intención, José Luís Fernández Sieira colgó luego a "Parrita" el sambenito de ser la persona que conocía más formas de entrar gratis en el coso de San Roque, así como de haber practicado al respecto todas las especialidades habidas y por haber con éxito pleno. Él no lo negó y aceptó complacido la fama merecida.

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