Cada año, más o menos por estas fechas, aparecen lo que en la Vulgata del periodismo se conocen por "serpientes de verano". Suelen ser bulos, pero casi siempre fundamentados en alguna hipótesis verosímil, aunque remota. Esta vez parece consistir en una reedición de las teorías que se manejan acerca del futuro político del presidente Feijóo después de sus declaraciones a Europa Press sobre su "legitimación" para posibles aspiraciones políticas, que coinciden con rumores en Madrid.
( La "serpiente" está bien alimentada. Parte de habladurías según los cuales poderes actuantes en la capital de España buscarían un recambio para un Mariano Rajoy "quemado" tras dos legislaturas especialmente duras y que considerarían también desgastados a los demás miembros del gobierno, incluyendo a la vicepresidenta. Sería, pues, necesario buscar a alguien con el perfil adecuado y nadie mejor, según esos círculos, que el presidente gallego, al que avalan su gestión y sus mayorías absolutas.)
En realidad, la hipótesis no es nueva. Surgió hace ya casi dos años, aumentó a raíz de los resultados electorales y desembocó en frustradas gestiones de "barones" del PP, que fracasaron en su intento de convencer a Feijóo para que fuese una alternativa. Después de eso, el congreso estatal de ese Partido puso las cosas como estaban, ratificó al inquilino de Moncloa y el entorno marianista se encargó de esparcir rumores sobre el supuesto enfriamiento de relaciones entre los dos líderes gallegos.
Todo ello se considera una "fantasía", cuando no un invento o una intoxicación originada en confusas intrigas para desgastar aún más la figura de un presidente que acaba de comparecer -como testigo, pero aún así la imagen sale dañada- ante el tribunal que juzga el "caso Gürtel". Y en el mundillo que rodea la política y ha visto de todo en la evolución de los asuntos internos de los partidos, no se niega la mayor, que es el desgaste de Rajoy, aunque sus efectos nadie osa describirlos de momento.
En ese marco, las declaraciones del propio Feijóo -que es un maestro en el arte de ocultar sus intenciones hasta que toma la decisión de concretarlas- acerca de su "legitimación" política para cualquier aspiración han repercutido de forma evidente en aquella rumorología. Y la han reactivado, aunque asuntos como el de la propia comparecencia judicial de Rajoy o la creciente crisis de Cataluña suponen obvios elementos para desviar la atención de ese asunto. Que se replanteará según salga don Mariano de ambos envites. Es decir, que se trata de una cuestión de tiempo.
¿No...?
