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con otra cara

Viajar en solitario

Es de lo más sano para las relaciones

Por fin, tras años quejándome de que no salgo ni a la puerta de la calle, tengo previsto viajar estas vacaciones. Por razones que no vienen al caso, lo voy a hacer sin mi pareja lo que, por lo visto, es de lo más sano y beneficioso para las relaciones si hay que hacer caso a un portal que organiza viajes para personas solas y que asegura que a muchos matrimonios les viene bien separarse unos días para vivir experiencias distintas, conocer a otra gente y así, a la vuelta, tener algo nuevo que contar. De hecho, leo por ahí que una de cada tres separaciones se produce en septiembre tras las vacaciones de verano porque un mes juntos en el mismo espacio mirándose las caras es una prueba que no todas las parejas son capaces de superar con éxito.

Lo de viajar por separado al parecer está en auge y cada vez hay más empresas que ofrecen viajes o experiencias individuales, bien para quienes no tienen media naranja o bien para quienes optan por tomarse vacaciones también de la pareja unos días. De la pareja, o de toda la familia, sobre todo si vives cerca de la playa y cuando llega el verano tu casa se convierte en algo parecido a un hotel donde los suegros y los cuñados campan a sus anchas, se apoderan del mando de la tele y se acaban la cerveza fresca en lo que tardas en sacar los berberechos.

¿Quién te puede culpar por apuntarte a ese viaje al Nepal solo para uno y garantizarte unos días de relax y meditación?

Pero no siempre se va uno solo de vacaciones porque quiera darse un respiro en la relación. Con frecuencia hay motivos más pragmáticos.

Durante años, estuvimos tomando las vacaciones por separado porque alguien tenía que cuidar de los niños cuando eran pequeños en esos infernales meses en los que no hay colegio, lo que tampoco dejaba muchas posibilidades de viajar porque hay que ser muy masoquista para hacer turismo sola con los críos.

Otra causa que esgrimen las agencias para organizar viajes individuales es la diferencia de gustos. En esto nunca hemos tenido nosotros problemas. A ambos nos gustan los buenos hoteles, la buena comida y la primera clase. Que con frecuencia el presupuesto no nos haya dado más que para bocadillos, es otra cuestión.

Lo que sí va a tener de bueno esto de viajar sola es que por unos días no habrá discusión por la potencia del aire acondicionado, por ver una peli de acción o una de amor, o por la hora de marcharse del bar. Ya, ya sé que no son motivos suficientes para irme sin él pero hay que verle el lado bueno a todo.

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