Y ya que hablamos de Patrimonio, reconociendo que los políticos locales de los últimos cincuenta años han sido un desastre en este campo, podemos referirnos a la mayor concentración de ruinas que tenemos en esta localidad situadas en su mismo corazón, a veinte metros del mismísimo ayuntamiento, sometidas, urbanísticamente a un plan que ni se ha iniciado y sospecho que no se ejecutará en muchos años, porque la crisis es la crisis, y tardaremos en encontrar a alguien que se meta en fregados de construcciones. Fachadas en plena decadencia, algunas con evidente peligro de desplome de ventanas o piedras, están a la vista sobre las cabezas de los cientos de personas que utilizan la calle Méndez Núñez, que es sin duda la más transitada de Marín, cada día. Se da la circunstancia de que, al parecer, todos los propietarios de los inmuebles se pusieron de acuerdo con una empresa para la retirada de todas las fachadas y la construcción de un muro, se supone que lo más adecuado posible al entorno, y la empresa en cuestión empezó la limpieza del primer solar para iniciar los trabajos. Pero ¡ah de la casa! Apareció Patrimonio y aludiendo a no sé que "tesoros", paralizó los trabajos con lo que ahora hay que esperar al informe preceptivo que seguramente no es gratis, ni mucho menos, para ponerse otra vez a empezar. ¿Qué espera encontrar Patrimonio en la zona? ¡Ah, qui lo sá!.
