Gonzalo Pita se llena la boca pidiendo respeto, pero el respeto no se pide, se gana, y a veces hasta se pierde. El respeto va mucho mas allá de las palabras, sino que reside sobretodo en las acciones.
Cómo puede pedir respeto alguien que ha cogido el esfuerzo y la imagen de gente que confió en él para hacer con ellos lo que ha querido, sin consultarles si quiera; alguien que dice que su voto por ser alcalde vale más que el de cualquier otro miembro de su agrupación; alguien que acusa a sus compañeros de difamar vilmente su imagen, a sabiendas que nunca habríamos podido hacer algo así; alguien que no tolera ningún reproche, ni crítica, sin ponerse chulesco y a la defensiva; alguien que, a pesar de haberlo hecho mal, no recapacita, sino que sigue adelante como pollo sin cabeza; alguien que traiciona y revela las intimidades de sus amigos a sus enemigos,....
Gonzalo Pita ha demostrado que desconoce por completo el significado de la palabra respeto y desgraciadamente, no creo que arrimándose a quien se ha arrimado vaya a aprenderlo.
Pero que no se preocupen mis excompañeros, que tengo muy claro porque me metí en esto de la política, no fue para ayudar a perpetuar el abuso de poder de las dinastías partidistas que se agarran al cetro, pero tampoco para encabezar ni emprender una lucha fratricida sin sentido contra alguien al que respetaba mucho por unas siglas manchadas y moribundas. Mi trabajo y mi esfuerzo sólo quiero dedicarlo a seguir luchando por Sanxenxo y porque sigo creyendo que otra forma de hacer política es posible. Aquí se separan nuestros caminos. Buena suerte vicealcalde, que creo que la va a necesitar.
*Exconcejala de SAL
