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Ganan los halcones a las palomas

Los ciclos políticos suelen alternar dos posiciones opuestas con etapas variables. Los llamados "halcones" se van turnando con los llamados "palomas". De vez en cuando sobreviene un periodo intermedio que normalmente dura poco tiempo. Al menos en esta época de compulsiones. Y casi siempre se pasa de un extremo a otro sin transición templada. Ahora nos encontramos en una fase de crestas pues dos poderosos narcisistas elevan la tensión y los de alrededor empiezan a tomar sus precauciones. Un claro ejemplo lo sufrimos actualmente en altos niveles mundiales -por el poder de los protagonistas- y tras el gobierno de un presidente paloma en Estados Unidos, como se consideró a Barak Obama, se ha pasado a otro de halcón, es decir, Donald Trump. Un cambio radical sin la menor duda. Un cambio que empieza a afectar no solamente a la política interior del país norteamericano sino también a sus relaciones exteriores.

El triunfo de los partidarios de la salida de Reino Unido de la Unión Europea puede o no haber contribuido al cambio habido en Estados Unidos pero favorece el incremento del grupo de los halcones. Además, se suma a la corriente a la que ya pertenecían el presidente ruso Vladimir Putin y varios gobernantes europeos de países del Este como Hungría, Polonia o Bulgaria. Puestas así las cosas, las declaraciones de Ángela Merkel en el sentido de que ya no se puede confiar en los demás, muestran la situación actual. Cada uno tiene sus intereses y le resulta difícil depositar confianza en los demás. O dicho de otra forma, es fácil recelar de los amigos.

Lo ha dicho la persona que más años lleva en el poder en Occidente, que gobierna la economía más sólida de Europa y representa al ala conservadora de la política democrática mundial. Quien es considerada halcona de la hacienda europea desde la crisis financiera, radical en los planteamientos presentados para la necesaria recuperación. Así pues, parece que pasamos al turno de los halcones, radicales en los diversos puntos políticos. Hace unos meses, por ejemplo, que Suecia ha decidido recuperar el servicio militar obligatorio. En Reino Unido vuelven a llamar a los reservistas, parece que en mayor número, quizá motivado por el incremento de atentados yihadistas.

La primera ministra Theresa May ya anunció antes de las elecciones que pretendía dar, en vez de más medios, más poder a la Policía. En los Países Bálticos la OTAN (Organización del Atlántico Norte) está desplegando fuerzas de defensa ante una posible invasión rusa. Son territorios poblados por un alto porcentaje de originarios de la Rusia soviética y, tras la invasión de Crimea hace tres años, los letones, estonios y lituanos temen un arrebato del antiguo jefe de la KGB y hoy presidente de Rusia que les lleve a ser anexionados por Moscú. La situación en el Oriente Medio, del Mediterráneo a la Península Arábiga, se endurece también.

La rivalidad religiosopolítica en la zona está incrementando la tensión. Después de la anunciada venta de cuantioso material bélico de Estados Unidos a Arabia Saudí, firmada por Donald Trump hace unos días en Riad, el grupo de países de religión con predomino suní -Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto- cortaron sus relaciones con Qatar por "apoyar al terrorismo" promovido por la chií Irán. Y han suspendido las comunicaciones áreas, marítimas y terrestres y el abastecimiento a Doha de productos de primera necesidad. En fin, todo indica que los halcones están en alza. En Noruega, país notoriamente pacífico, la OTAN ha desembarcado en Trondheim a 300 soldados estadounidenses por primera vez desde la Guerra Fría. Finlandia estudia incrementar en 50.000 militares su ejército? Los halcones son más fuertes cada día.

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