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Policlínico Cíes, edificio y futuro

El mes pasado quedó desierta la subasta del Policlínico Cíes obra del genial arquitecto vigués Xosé Bar Bóo. Desierto está el edificio, desierta quedó esta subasta, y mayor aún es el desierto de ideas en torno a su futuro. Habla por sí mismo el simple querer (y además fracasar) hacer caja al mejor postor con esta pieza del patrimonio público. Amarga circunstancia, vida y destino, para un edificio magistral.

El pasado día 1 de junio el Congreso de los Diputados aprobó en Comisión una Propuesta No de Ley (iniciativa de Ciudadanos) en defensa y protección de la arquitectura contemporánea española, buscando la ampliación a las obras más recientes y cercanas en el tiempo. El derribo de la "Casa Guzmán" de Alejandro de la Sota y la "Pagoda" de Miguel Fisac, un estruendoso fracaso colectivo, están en la base de la sensibilización social.

El Policlínico Cíes se encuentra incluido en el Catálogo del anulado PXOM 2008 de Vigo. La incertidumbre mejora al ponerlo en concordancia con la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia y la Ley del Suelo. No obstante, en las actuales circunstancias, la mejor forma de defender el edificio y el interés de la ciudad es restituirlo al uso público dotacional, relanzando a su interior, cuanto antes, aire y vida. Y ahora esta vía no parece especialmente difícil. El momento y la arquitectura les dan alas y sustento.

Salvar el "Pirulí" lo consiguió la pasión de la ciudadanía de Vigo que hizo de la torre cuestión de propio aprecio. Y se consiguió porque el Gobierno gallego estuvo a la altura de pilotar una operación ambiciosa de rescate asumiendo enormes responsabilidades y riesgos. Al final, la alternativa concordó con las necesidades de las instalaciones de la Administración de Justicia, eliminó la amenaza de colapso sobre un barrio central y solucionó un problema de ciudad.

En medio de este periplo, el llamado Xeral Cíes permaneció en crepúsculo bajo la sombra dominante de la gran torre. Entre las idas y venidas de los Juzgados, se le dejó desvalido, sin vuelta atrás ni marcha hacia delante. Al final, se le aplicó la regla suprema de la venta incondicional al mejor postor. Ahora, tras la subasta fallida, es el momento para reconsiderar el fondo y no las formas del enfoque del Cíes. Existen razones de interés público y de arquitectura.

El edificio es un contenedor de delicadas cualidades para el uso dotacional público. Jaime Blanco, en su imprescindible Tesis doctoral sobre la obra de Bar Bóo, dice de su recurrente planta circular, "son cuestiones de orden funcional y económico, y no figurativas, las que justifican el empleo de esta planta, lo que le lleva a coincidir con la tradición". Con la identidad. El eco de los castros celtas y de la palloza llega desde el rabioso rigor de la tecnología y la constante modernidad.

El uso de la planta central para edificios dotacionales públicos tiene referentes en nuestro entorno. En Vigo, Sáenz de Oiza propuso una planta elíptica para el edificio de la Xunta en el concurso de Abrir Vigo al Mar y más tarde Tuñón y Mansilla desarrollarían en anillos el Concello de Lalín. Estas tipologías ofrecen ventajas funcionales y especialmente energéticas. La reutilización del Cíes concierne a preocupaciones hoy de la máxima actualidad.

Este edificio que en su tiempo fue un outsider, tiene ahora el gancho, con el paso del tiempo, de cobrar vigor y energía manteniendo intactas sus potencialidades de edificio dotacional. De la noche a la mañana no se va a dar con la alternativa de uso, pero es viable e infinitamente más fácil que lo logrado con el Pirulí por razones de simple escala, de tamaño. Y hay otra novedad decisiva. Esto es: ha sonado el tirón dinamizador de los Juzgados desenvolviéndose justo al lado.

*Arqui- tecto

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