Lo del robo en la casa consistorial ha sido, como dicen ahora, "viral" porque es el colmo de los colmos que algo así suceda. Cierto es que, la Policía Local, cuyos agentes estuvieron dando la murga durante años para conseguir que sus dependencias se trasladasen al antiguo juzgado, consiguieron su propósito con la llegada del gobierno anterior, también del PP y de la misma alcaldesa. La verdad es que, en cuanto a instalaciones, estos funcionarios han mejorado sensiblemente, no se va a negar, pero eso, al no haber previsto algún otro sistema de vigilancia, ha dejado al edificio del Ayuntamiento, desprovisto de seguridad especialmente por la noche, aunque por el día tampoco la tiene ya que no hay nunca un policía allí, in situ, en labores de prevención de seguridad, por muy cerca que estén, al otro lado de la calle. Raro era ya que, después de seis o siete años, los cacos no se hubieran dado cuenta del filón y la facilidad de poder entrar en el edificio consistorial. Raro también nos parece que sí supieran dónde estaban "os cartiños" porque, por lo que hemos leído en las crónicas, fueron directamente a la caja fuerte que acabó desvalijada. La Policía Local que tan contenta está con sus nuevas dependencias tendrá que hacer cábalas sobre su responsabilidad para mantener vigilado el concello y el gobierno local deberá buscar el modo de que tal cosa no vuelva a ocurrir. Por pura vergüenza.
