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Ritos de paso

Desconexiones

La situación absurda a la que se enfrentan los españoles

En un periódico de ámbito nacional y mucha influencia, se podía leer, la semana pasada, el testimonio de un señor catalán independentista de Berga (Barcelona) que aseguraba que aún no había desconectado intelectualmente de España, entre otras cosas porque todavía ve la segunda cadena de TVE y el festival de Eurovisión. Pero afirmaba con contundencia que sí había desconectado políticamente de España, y ponía como ejemplo para simbolizarlo que ya no le preocupaba quién fuera el secretario general del PSOE pero sí que Ada Colau fuera alcaldesa de Barcelona. Ante semejantes reflexiones, afirmar que uno se queda perplejo o atónito ya no significa nada. Para un descreído como yo de las patrias, las naciones, y no digamos, de los estados como forma de organizarse, las reflexiones del señor de Berga provocan sobre todo tristeza. Y tristes están muchos amigos catalanes con todo lo que les está pasando, con una derecha montaraz y mesetaria que les ha despreciado desde siempre -salvo cuando Cambó ponía dinero para sus intereses- y con unos mequetrefes en la Generalitat que se obstinan en llevarlos a un callejón sin salida. Ahora hasta se acusa a Pasqual Maragall de abrir la caja de los truenos. Qué barbaridad: Maragall sabía que podía pasar esto, por eso se adelantó y colocó el término "nación" donde puede estar sin molestar jurídicamente pero teniendo un valor político y de orgullo incuestionable: en el preámbulo del nuevo Estatut. Pero la derecha castellana quería sangre, la de Zapatero sobre todo, y ante eso no cabía sensatez alguna, ni con el 11-M, ni con los matrimonios de parejas del mismo sexo, ni con la ley de dependencia, y mucho menos con las aspiraciones de autoafirmación de los catalanes. Y de aquellos cristales rotos, imposible recogerlos y recomponerlos, hemos llegado a esta situación absurda. Creo que el señor de Berga debe de dejar de ver la 2 de TVE cuanto antes, y lo del festival de Eurovisión, que se lo haga mirar, como dicen en Cataluña. Y los señores Rajoy y Puigdemont también, que se lo hagan mirar porque la factura y la fractura que van a dejar como legado político, deberían pagarla ellos, no sé de qué forma, pero desde luego en ningún caso nosotros, los de a pie, sintámonos españoles, catalanes o simplemente personas. Esos dos señores son los primeros que debían practicar la desconexión política. Imítenlo, por favor, al señor de Berga.

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