A falta de una posible modificación a través de un recurso, parece evidente que el presidente Feijóo tiene razón cuando dice que son "muchos quiene deberían pedir disculpas al titular de la Diputación de Ourense" y a su padre y predecesor. Sería un alivio para ambos, porque si bien de forma diferente han padecido los daños directos y colaterales de la acusación de haber cometido un delito relacionado con supuestas ofertas de trabajo a cambio de los servicios sexuales de una mujer que presentó la correspondiente denuncia ahora desestimada.
Es verdad que no resulta el primer caso, ni mucho menos, que ha provocado escándalo político y social" en Galicia, y que ha terminado de igual modo; con una acusación inicial que después no se ha visto refrendada por sentencia condenatoria. El "caso Pokemon", por ejemplo, debe estar a punto de batir un récord en ese sentido, con más de media docena de piezas separadas y sobreseimiento posterior en todas ellas. De modo que las disculpas de que habló el señor Feijóo debieran extenderse. a otros. De su partido y de varios más.
(También es verdad, al menos en opinión personal de quien esto escribe, que el llamado "caso Baltar" reunía características especiales. La "fealdad" particular de lo que le acusaban y el modo, seguramente equivocado , de reaccionar -definiendo don José Manuel la acusación como un "asunto personal"- dio pábulo a todo tipo de especulaciones, que se ha visto ahora y de momento, desestimadas por una juez diferente a la que admitió a trámite la denuncia. Pero se supone que, en ese ámbito, alguien también tendría que dar alguna explicación.
Dicho eso, que -como todo- es susceptible de opiniones diferentes, lo ocurrido es como otra gota de lluvia que cae sobre un terreno ya encharcado por los chaparrones. La especie de furor justiciero que se ha desencadenado en este país conduce a resultados lesivos para los inocentes, tanto más dañinos cuanto más tiempo están en la cuerda floja padeciendo la llamada "pena del telediario". Y en ese sentido, alguien debería hacer algo precisamente en interés de la Justicia.
Parece clave que gentes de indiscutible dimensión, como es la del señor Feijóo empleen su influencia interna y externa para lograr que de una vez y para siempre se lleve a cabo una reforma a fondo en el sistema judicial español que agilice los trámites, acorte los plazos, refuerce los recursos y modifique determinados procedimientos para la elección y ascenso en ese mundo. Por ahí estará el remedio, y no sólo en las disculpas que, de tan lentas, se puedan habilitar cuando el daño ya está hecho
¿O no??
