Decepción, desengaño, desilusión, indignación, incredulidad, enfado y cabreo, en definitiva, al conocer a través de la Sra. Conselleira de Infraestructuras del Gobierno de la Xunta, que los vigueses tendremos que ir a Santiago u Ourense para poder acceder al deseado, inexcusable, inaplazable e imprescindible AVE directo a Vigo.

Como si fueran pocos los errores cometidos por la política del Partido Popular en Vigo y con Vigo, ahora le añadimos el más sangrante, la aceptación a que la primera (¿dije primera no?) ciudad industrial, y foco del desarrollo de Galicia tenga que "buscarse la vida" para encontrar su competitividad a través del autobús, de la camioneta o del tren de mercancías; pues tampoco la política aeroportuaria de la Xunta con Vigo la podemos encontrar entre sus logros.

¡Pues no! No podemos, ni debemos consentirlo, los comerciantes, los profesionales, los particulares y todos los ciudadanos de Vigo, debemos reivindicar la conexión directa del AVE a Madrid.

Qué pena da, el no tener en el Congreso un par de diputados gallegos que reivindicaran la conexión a cambio del apoyo al presupuesto, seguro que "otro gallo cantaría". Ese siempre fue el gran negocio del nacionalismo "bisagra" y los óptimos resultados que de ello se obtiene.

Las organizaciones empresariales ya se han posicionado claramente en contra de la quimérica fecha del 2025 para la conexión por Cerdedo. Pero Vigo ni puede ni quiere esperar (ya lo ha hecho bastante) a un AVE que es vital para su presente y su futuro.

No se trata de localismo, sino de que no se le niegue a Vigo su realidad: ser la primera ciudad de Galicia, en todos los órdenes, menos, incomprensiblemente, en el Político. Esto último se constata observando la política de nombramientos de altos cargos de la Xunta para darse cuenta del poco, escaso y casi nulo peso político que tiene esta ciudad.

La consecuencia de esta realidad la estamos sufriendo en nuestras propias carnes y el problema del AVE es un claro ejemplo de ello.

Vivimos tiempos de turbulencias e incertidumbres. Hoy, incompresiblemente, el partido de la gaviota nos niega el AVE. ¡Cousas veredes! e nós no medio.