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Semana de fecha y pregunta

Los colectivos políticos y sociales del secesionismo catalán exigen a la Generalitat que fije esta semana la fecha y la pregunta del referendum. Dan así por concluido el tiempo de un diálogo imposible, además de inútil, porque si se frustra la consulta pasarán a la declaración unilateral de independencia. Es el "sí o sí" que reduce al absurdo cualquier solución respetuosa de los lìmites constitucionales. Lo que no pueden disimular es el miedo al desgaste de la idea entre los catalanes adeptos, que ya están por debajo del 40% según los sondeos de la propia Generalitat. Un referendum adverso deslegitimaría socialmente la causa, de suyo ilegal en lo jurídico y lo político. Inevitable es pensar que los líderes de la ruptura no quieren referendum, sino hacerlo innegociable para saltar a la desconexión unilateral, con apoyo en una mayorìa parlamentaria que no refleja el voto popular ni sería legalmente operativa aunque lo reflejase.

A estas alturas, el referendum puede ser la percha del apoyo al catalanismo por parte de otras fuerzas de ámbito estatal o local. Defienden estas, al menos hasta ahora, el "derecho a decidir", pero no la separación a las bravas. La consulta ha perdido dramatismo y podría ser aceptada por muchos españoles si fuera posible con la legalidad vigente. La reforma constitucional como requisito previo es rechazada por su complejidad e inciertos resultados, amén de una demora del "proces" que agravaría la minoria social de apoyo. Y esto aún cuando excluyese efectos colaterales -contagio y reivindicaciones de otras comunidades- que están en la mente de todos.

El desafío ha subido de tono, al igual que los rechazos y advertencias de Rajoy, cuyas previsiones neutralizadoras del referendum y/o el deseganche unilateral se ignoran. Probablemente hace bien en no desvelarlas, si las tiene, pero su voz no debería de ser la única, ni confinar el rechazo en el centroderecha. El PSOE ha perdido mucho tiempo en mirarse el ombligo y en querellas solipsistas, al fin desplazadas por la elección en primarias del secretario general: el mismo que lo era hasta el primero de octubre del año pasado, pero mucho más fuerte. Su concepto de la España plurinacional y el desarrollo claro del modelo federalista de estado pueden ser esclarecedores pero no deben seguir en meras invocaciones. Hacen falta proyectos abiertos al debate inmediato, sin eludir el pronunciamiento formal de todos los parlamentos regionales ante la separación catalana. Y mucho más si la fecha y la pregunta saltan al ruedo esta semana.

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