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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La tarara

Dicho con todos los respetos posibles para el oficio político, parece bien cierto que en él resulta especialmente aplicable el antiguo refrán según el que "donde las dan las toman". Porque apenas apagados los ecos de la polémica acerca de la falta de sintonía entre la Xunta y su Gobierno "amigo" del señor Rajoy en el asunto de la AP-9, resulta que le estalla en las narices al PSOE otro, el de Angrois. Porque si la discrepancia del PP de aquí y el de allá en lo de la autopista es criticable, lo de los socialistas es peor. Por la cuestión en sí, y porque aumenta las sospechas.

(Lo del incremento de las dudas se dice porque no parece casualidad que las negativas de los respectivos partidos se produzcan en un asunto en el que los gobiernos sucesivamente respaldados por ellos vivieron aquella circunstancia y su terrible saldo en muertos y heridos. Y desde el primer momento ambos procuraron eludir todo tipo de responsabilidades políticas, lo que era más extraño en el PSOE porque construyó, modificó e inauguró el tramo de la discordia. Cierto que el siguiente gabinete dejó dudas, pero no tantas ni tan grave.

Conviene repetir lo que aquí se dijo varias veces. Las dudas que van más allá de la actuación del maquinista son múltiples, y afectan a la investigación posterior de lo que en principio sólo pareció un accidente, y también a acciones anteriores a la catástrofe. La UE habló de "falta de independencia", que correspondería al PP, y las víctimas solicitaron al PSOE que el exministro de Fomento no fuese candidato al Parlamento Europeo mientras no se aclarase su intervención en cambios en la licitación del tramo. Demasiadas incógnitas en quien ni siquiera fue citado como testigo.

En algunos sectores, siempre pensando lo peor de sus congéneres, se insinuó que la lucha de las asociaciones de víctimas por aclarar las cosas tiene un fondo económico. Algo que, aunque fuera así, no tendría reproches que recibir porque los contratos de seguros están para cumplirse y de su abono depende demasiadas veces el pleito por la responsabilidad del accidente. Pero más allá de esa interpretación materialista, cualquiera con un mínimo de sensibilidad ha de entender la lucha de esa asociación y apoyarla. Aunque sólo sea para que se sepa toda la verdad, que es lo mismo que ha pedido por ejemplo la propia Unión Europea.)

En definitiva, que de lo que se trata es de hacer justicia. Y no sólo para los fallecidos o para los heridos, no pocos de los cuales padecen lesiones de por vida, sino también para aquella inmensa oleada de solidaridad generosa en que tantos profesionales ofrecieron sus servicios y tanta gente del común su propia sangre para ayudar. A todos ellos se les debe al menos el conocimiento de por qué pasó lo que pasó, y quiénes tuvieron algún tipo de responsabilidad por acción u omisión. Ha de exigírseles hasta el final, insistiendo: en interés de la Justicia.

¿O no??

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