Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mis encuentros en el tren

No nos conocíamos, ella solo a mí por mis escritos, pero nos liamos a hablar mientras esperábamos el tren en Guixar... y por poco llega y se marcha sin enterarnos. Lo cogimos a la carrera. Uxía Rodríguez es bióloga recién prejubilada y pintora que pronto expondrá en el café Detrás do Marco. Iba camino de Ourense y, ya en el tren y en medio de una larga parrafada, me entero de que es la madre del fisioterapeuta Borja Rodríguez, del saxo vigués Jacobo Rodríguez (Darbuka Dacolá) y del abogado en Madrid Anxo Rodríguez, especializado en propiedad intelectual y yo creo que con especiales relaciones con promotoras y cadenas televisivas, pero también productor del documental sobre Paco de Lucía premiado con un Goya (una hija del eximio guitarrista trabaja en su despacho) y representante de Nico Casal, el santiagués recriado en Vigo que ganó en 2015 un Óscar a la música por el corto "Stutterer". Y es que Anxo, de la cosecha de los 80, debe ser un fuera de serie en cuanto a formación e iniciativa empresarial; suya es la agencia de representación de talento Alter Ego. Es uno de nuestros vigueses en Madrid.

Bruno Kammerer y Lenin

Y si ayer estaba en Madrid procedente de Zúrich, ya debe estar en su casa de Hío el suizo Bruno Kammerer, con quien comeré dentro de uno días. Hace muchos años que Bruno, que tiene una vida de novela, se enamoró de Galicia y comparte su estancia en su país con largas escapadas al Morrazo donde, como experto en vinos, cultiva hace años uno especialísimo "de arena" en Hío. Nuestro hombre acaba de visitar en el Museo de Historia Suiza de su ciudad, Zúrich, una gran exposición con motivo de la l Revolución Rusa, a la que él o su familia han aportado enseres personales de Lenin, al que antes de 1917 su padre había dado alojamiento con su mujer, Nadine Krupskaya, exiliados. Cuando volvió a Rusia, a la cita revolucionaria de 1917, dejó allí su escritorio, entre otras cosas.

El mayor "striptease" de Eiré

Yo siempre pensé que mi colega Afonso Eiré, que tiene un expediente periodístico de mucha honra en el que se incluye la dirección de A Nosa Terra, era un sentimental clamoroso. Se nota en la pasión que vibra en alguno de sus libros sobre todo cuando ejercita la memoria de su territorio más emocional, el chantadino, pero el que presenta hoy a las 20.15 en la librería Andel (Camelias, 102) debe ser como un striptease a bocajarro porque su título ya lo avisa: "A morte do meu pai". Alfonso Álvarez Cáccamo hará de introductor de esa catarsis de emociones que me dicen invade literariamente el libro. Cuando uno habla de la muerte de su padre o madre, todos nos sentimos representados.

Y los 40 de la Crítica Galicia

los Núñez, antes de que enjuaguemos nuestras gargantas con los blancos Terras Gaudas y los tintos Arco de Vella.

Compartir el artículo

stats