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tRIBUNA LIBRE

El bullying son los padres

A veces los expertos nos obcecamos en buscar el origen del bullying a un niño en las aulas dentro del recinto escolar. ¿Acaso no se origina todo allí, entre pupitres y recreos? Sin embargo, son muchas las ocasiones en que la verdadera procedencia, por mucho que nos sorprenda, está en los padres. Y nace así el bullying del que nadie habla: padres que colonizan la escuela.

¿Por qué existe el bullying? Realmente, obtener respuestas concretas a este hecho tan complejo sería como determinar las causas del racismo, del sexismo o del mero odio. El bullying es un conjunto de circunstancias entre las que hay que poner especial observancia al rol de los padres en lo que atañe a la vida social y escolar de sus vástagos. A esa costumbre elitista de los progenitores de mostrar preferencias por unos niños frente a otros y hacer un "vacío" social a un menor por la causa que sea.

Es difícil combatir el bullying en una estructura socioeconómica que fomenta al alza valores disfuncionales y dañinos, que premia la competitividad sobre el conocimiento y que justifica el acoso bajo el manto de virtudes que se asemejan con el éxito y el carisma. El acoso se convierte en un fiel reflejo de nuestro entorno: el rechazo de la excelencia, la anulación de la diversidad y la exclusión de la originalidad. Un medio en el que la pedagogía se ha visto influenciada por una competitividad salvaje y la intromisión de los padres en el ámbito educativo.

Se elige un blanco vulnerable, sin privilegios, se le anula, se le excluye. Y es así que desde el origen del mercantilismo y el falso concepto de éxito vislumbramos el bullying más actual. Se les alecciona para ganar, cuando ni tan siquiera saben convivir. Se silencia la diversidad de realidades y se anula la empatía para aplaudir una nota exitosa en los deberes aunque se tenga un 0 en educación.

Son padres que atropellan las competencias de los docentes invadiendo espacios que no le corresponden bajo el manto de la sobreprotección e, irónicamente, en contraposición, delegando a los centros escolares la instrucción que compete a los progenitores en materia disciplinaria. Padres que han desnaturalizado el crecimiento social y las relaciones de sus hijos determinando quiénes deben ser su grupo de pares o extrapolando las rencillas entre adultos a las relaciones entre los propios menores, reforzando conductas de exclusión y fomentando actitudes estigmatizadoras. Padres colonizadores que convierten a sus hijos en muñecos rotos de sus frustraciones y se creen con el derecho de establecer una sentencia sobre su comportamiento y personalidad que condiciona su forma de relacionarse entre iguales.

William Golding redactó el arquetipo literario de la maldad humana bajo la figura infantil de Jack y Roger en "El Señor de las Moscas". La realidad, finalmente, siempre supera a la ficción.

*Criminóloga-Perito Judicial

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