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la mirada

Ya lo decía Fraga

| Igual que en 1996. "El pacto redundará en beneficio de todos los españoles y de los gallegos" decía Manuel Fraga en 1996 al valorar los acuerdos de gobernabilidad de José María Aznar con Jordi Pujol y Xabier Arzalluz. Veintiún años después el secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado, calcaba la sentencia para justificar el acuerdo de PP con PNV para sacar adelante los Presupuestos de este año. Una vez más los partidos nacionalistas vuelven a ser clave para la estabilidad política del país. La pregunta que ronda en el ambiente, antes y ahora, es si el precio a pagar es injusto para otros territorios. Desde la Transición se firmaron dos acuerdos de investidura y legislatura, el de 1993 que permitió a Felipe González encarar su último mandato como presidente, con el respaldo de CiU y PNV , y el de 1996, con el que José María Aznar llegaba a Moncloa, respaldado por CiU, PNV y CC. Tres años antes de que Fraga pusiese el foco en las bondades de los acuerdos que permitían al PP poner fin a 14 años de poderío socialista, el fundador del partido hegemónico en la derecha no era tan benévolo con el acuerdo de PSOE con los nacionalistas. Insinuó "agravios comparativos entre autonomías" y exigía "reequilibrios territoriales". Y advertía de que desde Galicia "tan fuerte y constante será la reivindicación de una distribución ajustada (de las inversiones) como leal el ofrecimiento de colaboración". A Fraga le pasó, igual que ahora a Alberto Núñez Feijóo, que uno tiende a practicar la indulgencia con los suyos,y no con los rivales. Con la familia, en este caso la política, uno acostumbra a ser más comprensivo que con el adversario. Lo mismo les sucede a los socialistas. El portavoz parlamentario del PSdeG en 1996, entonces Miguel Cortizo, denunciaba que el pacto de Aznar con Pujol y Arzalluz era "ultrajante y atenta contra la cohesión territorial". Tres años antes, cuando el PSOE, desgastado por los casos de corrupción, se mantenía en la Presidencia del Gobierno gracias a los nacionalistas, los socialistas gallegos pasaban de puntillas sobre la cuestión. Xaquín Fernández Leiceaga, el actual portavoz de los socialistas gallegos, alertaba esta semana que los gallegos y el resto de españoles "van a financiar las contrapartidas" que el PNV ha arrancado a cambio de su respaldo a las Cuentas: la rebaja del Cupo, la devolución de 1.400 millones del Cupo, el blindaje de 3.380 millones para el AVE vasco, ....

| "Fiel y exigente". El 12 de noviembre del pasado año, en su investidura como presidente de la Xunta por tercera vez, Feijóo, y en presencia de Mariano Rajoy, sentenciaba: "Galicia siempre estará ahí, nunca pedirá más de lo que le corresponde y nunca se conformará con menos". "Mi gobierno será un aliado fiel y exigente", remarcaba. Seis meses después de este mensaje, el líder del PPdeG no ve señales de "alerta ni de preocupación" por el acuerdo PP-PNV. No teme que perjudique a Galicia. Valora que da estabilidad política al país y se permite deslizar que "no" le gusta el acuerdo con los nacionalistas vascos, porque no defienden el interés general, sino de una parte, y que preferiría, que los firmantes fuesen los socialistas, pero éstos no quisieron. También pide que se explique bien lo de la rebaja del cupo. Es su forma de ser exigente y de no conformarse con menos.

| El lehendakari. El pasado 29 de julio Ïñigo Urkullu convocaba por sorpresa las elecciones vascas para el 25 septiembre. En las dos convocatorias anteriores, la cita gallega y la vasca habían coincidido y la intención inicial era que volviese a pasar, vía acuerdo previo. No había sido casual la entrevista del titular de la Xunta con el lehendakari en Vitoria en abril de ese año. El uno de agosto, Feijóo defendía que lo consecuente es que las elecciones gallegas coincidiesen con las vascas" porque otra cosa , "no sería positivo para Galicia ni para el conjunto de España porque prolongaría la inestabilidad que generan los distintos procesos electorales en España". El 25-S no era la fecha inicial que barajaba el político gallego, pero no le dio mal resultado. Arrasó en las urnas y logró la única mayoría absoluta en una comunidad autonómica. Esa victoria ahora mismo no vale más que los 5 diputados de PNV en el Congreso, a la hora de aprobar las Cuentas del Estado y blindar la gobernabilidad de España. Y así Urkullu, que gobierna en minoría gracias al PSE, presume estos días de "la lluvia de millones" que le acaba de poner en bandeja el Gobierno central, sin importarle si suscita suspicacias en otros territorios. Va a lo suyo.

| Lezo. La Operación Lezo, que ha llevado a la cárcel al expresidente madrileño Ignacio González y forzado la dimisión de Esperanza Aguirre de todos sus cargos públicos, ha impulsado en las dos últimas semanas la proyección pública de Cristina Cifuentes, la sucesora de González en la Presidencia de la Comunidad de Madrid y quien llevó a la Fiscalía Anticorrupción sus sospechas sobre su antecesor. Su apuesta por la limpieza ayuda al PP en su intento de convencer que su combate contra la corrupción va en serio. La atención ahora se centra en ella, aunque por el camino se habrá ganado más de un enemigo. Cifuentes es junto a Feijóo una de las apuestas más firmes como posible relevo de Rajoy, cuando éste decida dar un paso atrás. Muy lejos quedan ya otros nombres que sonaban antaño con fuerza: Esperanza Aguirre, Alberto Ruíz Gallardón, Rodrigo Rato...

| PSOE fracturado. En la primera ronda de las primarias a la Secretaría General del PSOE, la fase de recogida de avales, Susana Díaz aventaja a Pedro Sánchez con 6.273 apoyos , una diferencia no muy significativa que permite aventurar un resultado final por la mínima y un partido fracturado en dos mitades.Aunque hay tres aspirantes, la pugna se dirimirá entre la presidenta andaluza y el exsecretario general del PSOE. La gravedad de esta crisis es que la militancia ha de elegir entre dos proyectos opuestos. La política de alianzas en el Congreso de los Diputados y el diseño de la España autonómica de cada uno de los dos aspirantes a liderar el principal partido de la oposición son tan antagónicas, que recomponer la unidad y buscar a posteriori el entendimiento y la convivencia asemeja difícil. En Galicia, Pedro Sánchez superó en 1.300 avales a Susana Díaz. El exsecretario general ganó en el norte de la península, en Cataluña, Valencia, Baleares y Canarias. Y Susana Díaz, en el sur y el centro. Otra muestra de la fractura en dos que atenaza al PSOE.

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