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RITOS DE PASO

Las poetas vivas

Historia de una rapsoda del sur de Francia que no encuentra hueco en editorial alguna

La frase adecuada no es "nos queda la poesía". La frase adecuada es "siempre nos encontraremos en un verso porque somos poesía". O lo que es el lo mismo, "de la paulatina puesta a punto del pensamiento en el habla". Se dice que casi nadie lee hoy poesía, probablemente por eso nuestro presente sea tan miserable y augure un futuro lleno de prosas heladas, pétridas, casi perfectas. Viene esto a cuento de una parca historia, quizás bella, la de una poeta del sur de Francia que escribe en español y que no encuentra hueco en editorial alguna. Lleva meses en Madrid y está desesperada. Vive temporalmente en Chamberí, en una buhardilla ajardinada en su minúscula terraza. Paga el alquiler con lo que recibe por los versos y poemas rotos que va entregando por ahí.

Hace dos semanas, deambulaba por la glorieta de Bilbao de Madrid y se metió en "El Comercial". Confiaba encontrar el café de siempre, pero ese murió hace dos años. Ahora todo está más ordenado, más pulcro y moderno, correcto y tradicional a la vez, lo cual no me gusta del todo aunque un poco. La edad media de los camareros se ha rebajado a una tercera parte, y no hay pinchos de tortilla ni bocadillos de calamares. Aun así, Pepe cumplió con su palabra e hizo la mejor paella que uno pudiera imaginar, en su casa de Alpedrete, casi al mismo tiempo que la poeta francesa doblaba una cuartilla, la metía en un sobre rojo y se la dejaba al quiosquero, para mí.

Iba a escribir sobre la paella, porque siempre lo uno lleva a lo otro, pero se ampliará en próximas entregas, lo prometo. Ahora solo se trata de dar primera noticia del gran acontecimiento, casi un mes después, todo sea dicho. Así que transcribo como puedo, pues entiendo con dificultad la letra, ese poema de la poeta de Antibes que me dejó en sobre rojo, igual sirve de pretexto para otra paella. Su título, "Dejar testigo" y dice así: " Del amor y de la entraña,/ de las anteriores,/ de la alegría y la alcurnia./ Dejar testigo/ de la firmeza que fue y aún contigo./ De la inmensa playa del arte/ del fuerte Rubimal y sus porqués/ dejar testigo./ Del sol de Séte/ de la penumbra de madera/ en la escalera/ del olor fértil/ del punto de los tiempos./ Dejar testigo/ de tu primerizo rubor/ de tu actual ombligo/ del paso de las muertes por las vidas/ de la memoria que ofusca el cuerpo/ del padre, del horror./ Dejar testigo/ en una porción de tierra/ en un verso de tu hijo."

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