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desde mi atalaya

Manuel Torres

O Quinteiro

Conocido es lo variado de nuestro paisaje por todo el municipio, con un rural atractivo y sugerente, que además de las maravillosas playas y del litoral, suponen un aliciente más para gozar de un paisaje bucólico y relajante para el cuerpo y para el espíritu. Para disfrutarlo no hay más que ponerse rumbo al interior municipal, para encontrarnos a cada paso con una magnífica vista de la ría o algún lugar de tranquilidad para disfrutar y relajarse. Si tomamos cualquiera de las direcciones que nos conducen a la sierra de Marín-Cotorredondo y a lo largo de los pequeños valles del Loira y Lameira, con sus arroyos, encontramos parajes de enorme belleza, sin olvidar los restos arqueológicos de celtas y romanos, así como ermitas, cruceros, molinos, etc. para contemplar y admirar a cada paso, y si continuamos más arriba llegaremos al parque del Lago de Castiñeiras, lugar idílico para disfrutar y pasar un buen día. Y a lo largo y ancho de esta zona interior, encontramos infinidad de "furanchos", bares rurales y restaurantes donde poder hacer una espléndida y natural comida, con todos los ingredientes de gran calidad.

Si un día cualquiera, decidimos dar un paseo tomando la carretera de Moaña, hasta la Cruz da Maceira, pasaremos por el Pazo de Cuadro, magnífico exponente de la arquitectura gallega, que data del siglo XV, con la posterior reconstrucción del siglo XVII, hoy en estado lamentable de abandono; enfrente el eco-parque y una curva más adelante, pasado el cruce con la subida a Castiñeiras, el conocido con el nombre de "Victorio-Bar O Quinteiro", en el lugar de Cadrelo, un magnífico restaurante, que si lo visitamos, quedaremos muy gratamente sorprendidos por su cocina casera y muy cuidada, y por su amable y familiar trato.

"O Quinteiro" está dirigido por el matrimonio formado por Meli y Angel, que son los que se pasan todo el día al "pié del cañón", Meli en la cocina y Angel en el bar. Lo atienden con la ayuda de su hija, y de alguna otra persona, para poder dar un servicio esmerado a los clientes. Su menú es variado y abarca desde la carne, el cabrito, el pescado, hasta la empanada o el cocido, sin olvidar sus exquisitos postres, de una enorme variedad como la filloa, la oreja, el bizcocho o la rosca, y dulces caseros de chocolate, de crema, etc.; todo ello obra de Melí que es una amante de la cocina, en la que se desenvuelve con una gran sabiduría y maestría, que trata y cuida con amor y esmero; sin olvidar los magníficos vinos como el "tinta femia", "alvariño" o las variedades del país. Resumiendo un magnífico establecimiento para comer en el fin de semana, con la familia o amigos, en el interior o en la huerta, bajo la sombra de los árboles y en un lugar de paz y tranquilidad, para poder degustar de una magnífico menú y disfrutar de la compañía placidamente.

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