Hace un par de semanas, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) presentó su informe sobre los presupuestos autonómicos para 2017, incluyendo a Galicia. La AIReF centra su atención en las cuestiones de estabilidad fiscal; esto es, si ingresos y gastos son coherentes, si el déficit es alcanzable o qué pasa con la deuda. En este sentido, su perspectiva es más estrecha que la que adoptan los participantes en el debate en el Parlamento Autonómico. No obstante, tiene la ventaja de la distancia y, por ello, merece la pena detenerse en dicho informe y tomar nota de cómo nos ven.
La primera cuestión es la referida al cumplimiento previsto del objetivo de déficit. El Gráfico adjunto es clarificador. Galicia es de las Comunidades Autónomas en las que el cumplimiento del objetivo del -0.6% es probable o muy probable, junto a Canarias, Andalucía y Baleares. Pero, al mismo tiempo, Galicia se sitúa entre las CCAA que menos esfuerzo deben hacer para lograr este resultado, por todo lo hecho en el pasado y, consecuentemente, la mejor posición de partida. Por fin estamos disfrutando los beneficios de la mayor austeridad fiscal previa.
Por el lado de los ingresos, la AIReF considera que la Xunta ha sido prudente, presupuestando unos ingresos por los mecanismos del sistema de financiación inferiores a los que finalmente serán, si se aprueban algún día los Presupuestos Generales del Estado para 2017. En este sentido, las críticas de la oposición que escuchamos en el Parlamento tendrían fundamento. Pero, al contrario, la AIReF alerta de que los gastos corrientes (sobre todo en sanidad y educación) podrían tener un comportamiento más expansivo de lo previsto. La infraestimación de ingresos compensaría ese riesgo al alza del gasto corriente para poder cumplir con el déficit. Adicionalmente, el llamado "techo de gasto" supone otra restricción a una política más expansiva; aunque en este caso la normativa vigente admite ciertos juegos interpretativos, en particular utilizando los recursos de los fondos europeos.
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En definitiva, Galicia cumple con el déficit y aumenta su presupuesto en una cuantía razonable atendiendo a las camisas de fuerza vigentes. Sin duda, otro gobierno podría encajar las cifras de otra manera, con prioridades diferentes; e incluso alcanzar un volumen global de gasto ligeramente superior. Pero con las reglas presupuestarias vigentes y si se quiere cumplir, el margen de diferenciación es más bien limitado. Quien quiera ir más allá, debe ambicionar un cambio de reglas.
*Director del Foro Económico de Galicia
