Trump, el mentiroso que acusa de dar noticias falsas ("fake news"), ha celebrado su primer mes en la Casa Blanca columpiándose con un "fake" atentado en Suecia que se une a la "fake" masacre de Bowling Green inventada por su asesora Conway y al "fake" atentado de Atlanta imaginado por su portavoz, Sean Spicer. En una Casa Blanca poblada de "fakes", tal vez no deban preocupar los tambores de guerra que suenan desde la oficina del mesiánico estratega jefe, Steve Bannon. Salvo que Bannon haya imaginado como mejor salida al caos presidencial un nada "fake" despliegue de tropas en Siria que abra camino a una guerra nada "fake" con Irán.