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Recordando los 50 de Vigo

Me tomé un aperitivo el Día de los Enamorados en el Grettel, bajo los arcos pétreos de la Plaza de la Constitución, con dos veteranos de los premios Vigueses Distinguidos: Franco Cobas, olímpico y ex presi del Náutico, y Ramón Villot, hombre en principio de la radio que luego pasó por los más altos cargos de la radiodifusión española y de la TVG. ¡Teníais que ver qué memoria tenían sobre un Vigo del pasado que yo apenas conozco! Allá por los años cincuenta Vigo era muy distinto al de hoy. Quizá vivían más despacio y las ciencias no "corrían tanto". En aquel Vigo "pequeño" todavía la mitad eran amigos y la otra mitad se conocía y cuenta Franco Cobas que aquellos 50, de los tranvías y sin coches, era la década en que Moisés Alvarez, dueño del emporio cerámico Alvarez e Hijos, recogía por la mañana a Ramón Villot en "auto-stop" en Playa América y lo traía a la emisora de éste, La Voz de Vigo. Era la época de Andrés Suárez, dueño de la empresa Carbones Suárez, a quién coloquialmente le llamaban "educación sin descanso". Andrés, marido de una Tenreiro y cegato casi total, se sacaba el sombrero cada vez que pasaba un tranvía. Entonces sus amigos le preguntaban por qué lo hacía y el bueno de D. Andrés al que se le respetaba mucho, por su talante, contestaba: "Es que en los tranvías siempre va algún conocido, Y por si acaso, les saludo".

¡Ay, aquellos duelos de antes!

Pues teníais que ver a este vigués de honra llamado José María Pelaéz (ya sabéis que lo de Bilbao nacen donde les da la gana) asombrando a los asistentes a su conferencia del otro día en la Casa de Galicia d e Madrid. Claro, Jose Mari, con el que periódica y felizmente ceno haciendo trío con el escritor y sabio en el Siglo de Oro Fernando Bartolomé, es experto en armería antigua y todos sus alrededores, y la charla fue sobre "Los duelos, la esgrima y Valle-Inclán". Ya sabéis, esos conflictos armados entre dos por la defensa del honor, que está vinculado a ámbitos históricos, literarios técnicos, sociológicos y legales. ¡Ay, aquellos duelos "a primera sangre" o a "outrance", o sea a muerte! Yo, por fortuna, tengo cada poco a este vigués nacido en Bilbao al otro lado de la mesa para que me hable de estos y otros históricos temas, mientras Bartolomé, que a su vez sabe del Conde de Soutomaior como pocos, canta una canción de la Guerra de la Independencia,

Atrapados entre androias

Los dioses me confundan si he probado en los últimos años más placenteras androias que las que nos pusieron en la mesa de La Comidilla el domingo, traídas de Viana do Bolo y rodeadas de sus patatas y sus grelos. Preguntadle, preguntadle a Gonzalo Villar, ese que tanto ha hecho por la música en Vigo desde sus locales (XancaraJazz, etc) y que tenía yo a mi lado en plan combatiente "androiano", o a la fémina que le miraba con arrobo, Carolina Cruces, o a Marian Areán, o a Amparo la de Villar, que mojaba en pan la salsa, a Luis "molinero", a Encho García Senra, o a la misma mesonera, Natalia Rodríguez. Son raciones individuales, de bolsillo, de la firma García Marcos, que es la que surte la Festa da Androia en Viana do Bolo. A ver si le quedan para Carnaval.

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