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Luis M. Alonso.

sol y sombra

Luis M. Alonso

Absolución y condena

Las sentencias del "caso Nóos" y la demora de la justicia

Las sentencias del "caso Nóos" arrojan como resultado siete condenados y once absueltos después de once años y un día de espera, juicio público y descrédito de la monarquía. La primera vez que una infanta se ha sentado en el banquillo le ha servido a Cristina de Borbón para ser tratada como un florero. Lo ha dicho el juez Castro, el instructor del caso, que no le encuentra otra explicación al hecho de que haya sido absuelta después de haber participado en los tejemanejes de su marido y de negarse a aclarar cuál era realmente su papel en toda esta historia.

Puede que todavía para condenar a una infanta sea necesario algo más que la complicidad conyugal en el delito. Es posible. No lo sé, carezco de elementos para ser juez. Pero se ha sentado en el banquillo de los acusados y a partir de ahora todo será diferente para las mujeres que consienten o firman lo que no deberían firmar o consentir de sus maridos, y salen de rositas. Cabe sospechar que sucederá siempre y cuando no sean infantas. Para Cristina queda la sanción de la responsabilidad civil por haberse lucrado en el enjuague. Su marido, el exmedallista olímpico, Iñaki Urdangarín, igual resuelve la condena de seis años y tres meses con sólo un chándal de presidiario, dos a lo sumo.

Pero lo peor del asunto no es la condena del medallista ni la absolución de la hija de don Juan Carlos, es la demora en unas sentencias históricas que pierden en su largo trayecto el efecto de la ejemplaridad. Y que ha servido, además, para propagar la epidemia de los jurados populares dispuestos a emitir juicios insolventes y demagogia barata. O que, en vez de ponerse el pijama de reo, los condenados no sean obligados a devolver hasta el último euro que robaron. Esa sí sería una medida disuasoria.

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