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Francisco García.

Lo que hay que oír

Francisco García

La neopostpedagogía ataca

Saber leer y escribir, lo que no exige el dichoso BOE del 23 de diciembre de 2016

En los 80 del XX, al poco de ganar mi primera oposición a profe de Lengua, acompañé al escritor, gran maestro y catedrático de Secundaria Gonzalo Torrente Ballester (hoy completamente olvidado, como corresponde a la incuria española) a la Estación del Norte ovetense, donde tomaba un tren para Madrid. Tras los abrazos y deseos de buen viaje, se me quedó mirando desde sus tantísimas dioptrías: "De modo que te vas a dedicar a la enseñanza", rumió con ese gesto tan suyo de hacer como si masticara algo. Se avecinaba consejo, de manera que enchufé todas mis antenas de escuchar: "Enséñales a leer y a escribir, con eso tienen bastante", sentenció antes de perderse en el vagón. Traté de no hacer otra cosa en mi vida docente. Hoy seríamos don Gonzalo y yo máquinas obsoletas.

El ya dichoso BOE del 23 de diciembre de 2016 no exige a los alumnos de Lengua de 2º de Bachillerato que sepan leer y escribir (o sea, pensar) con corrección y tino en español, cosa que bastaría con creces, pues muchísimos de ellos están pez del todo en el asunto, como tantos de sus papás queridos. Les pide, nada menos, que comprendan "el sentido global de textos escritos de carácter expositivo y argumentativo propios del ámbito académico, periodístico, profesional o empresarial identificando la intención comunicativa del emisor y su idea principal". Les pide, nada menos, que sepan analizar "la estructura de textos expositivos y argumentativos procedentes del ámbito académico, periodístico, profesional o empresarial identificando los distintos tipos de conectores y organizadores de la información textual". (Ya van viendo ustedes, por la repetición de lo que va tras "ámbito académico", que quien redactó tamaño disparate no se corta un pelo a la hora de copiar y pegar, como si militase en "El Rincón del Vago"). Les pide más: "Producir textos expositivos y argumentativos propios usando el registro adecuado a la intención comunicativa, organizando los enunciados en secuencias lineales cohesionadas". Y aún más: en sus producciones escritas, deberán ajustar su expresión "a las condiciones de la situación comunicativa (tema, ámbito discursivo, tipo de destinatario, género textual...) empleando los recursos expresivos propios del registro formal y evitando el uso de coloquialismos".

Les pide también el BOE que describan "los rasgos morfosintácticos y pragmático-textuales presentes en un texto expositivo o argumentativo procedente del ámbito académico [y sigue el "copia y pega"], utilizando la terminología gramatical adecuada y poniendo de manifiesto su relación con la intención comunicativa del emisor y con los rasgos propios del género textual". Y mucho más les pide: "Reconoce, describe y utiliza los recursos gramaticales (sustitución pronominal, uso reiterado de determinadas estructuras, correlación temporal...) y léxico-semánticos (sustitución por sinónimos, hipónimos e hiperónimos, reiteraciones léxicas...) que proporcionan cohesión a los textos escritos". Y, luego, en este desmadre de exigencias que me sobran los dedos de las orejas para contar cuántos escritores de tronío acertarían a cumplir, han de aplicar "los conocimientos sobre el funcionamiento de la lengua a la compresión, análisis y comentario de textos de distintos tipo procedentes del ámbito académico [más "copia y pega"], relacionando los usos lingüísticos (marcas de objetividad y subjetividad; referencias deícticas temporales, espaciales y personales y procedimientos de cita) con la intención comunicativa del emisor y el resto de los elementos de la situación comunicativa". Qué grandes son los neopostpedagogos, en qué mundo vivirán.

Les hago tres preguntas: ¿Cuánto tiempo hace que no ven en directo a un alumno de 2º de Bachillerato? ¿Tienen la menor idea del tiempo real del que disponen hoy los profesores para desarrollar su asignatura, de lo que es un aula en plena ebullición, o es que su limbo de parqué y despachos, que en nada se corresponde con el real, les nubla tanto el cacumen como para ignorar que con leer, escribir y expresarse en español el alumnado iríamos todos que chutábamos? Y la tercera: ¿Aprobarían ellos la PAU con tamaña porquería de redacción?

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