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Joaquín Rábago.

¿Mein Kampf como material didáctico?

Después de que la edición anotada de "Mein Kampf" (Mi Lucha), de Adolf Hitler, se haya convertido en éxito de ventas en Alemania, se discute ahora si debe o no utilizarse en las escuelas.

Hace un año, el Instituto de Historia Contemporánea, de Múnich, publicó la primera reedición desde 1945 de ese libro racista e incendiario, que estuvo prohibido durante toda la posguerra en Alemania.

A finales de 2015 se cumplió, sin embargo, el plazo de setenta años que marca la ley para liberar los derechos de autor de una obra.

Esos derechos pertenecieron a la empresa editora Franz Eher Verlag, propiedad del disuelto Partido Nacionalsocialista y, tras el cierre de la editorial, pasaron al ministerio de Finanzas bávaro.

Por el momento se llevan vendidos 85.000 ejemplares de esa nueva publicación en dos tomos con un total de 1.966 páginas y 3.500 anotaciones o comentarios críticos.

"Mein Kampf" estaba ya antes en internet y cualquier alemán podía descargar ese texto de la Red, por lo que no parecía tener mucho sentido mantener la prohibición de reeditarla, si bien se consideró apropiado acompañarlo de un aparato crítico.

Otra cosa, sin embargo, es utilizarla como material didáctico como propusieron la ministra alemana de Educación, Johanna Wanka, y el presidente de la Asociación de Maestros Alemanes, Josef Kraus.

Según ellos, ello serviría para inmunizar para siempre a los jóvenes alemanes contra la vesania racista propagada por ese libro.

El Congreso Mundial Judío, sin embargo, consideró irresponsable que se introdujese en las escuelas un material tóxico que debería destinarse al basurero de la historia.

Finalmente se decidió que fueran los gobiernos de los "laender" (regiones) quienes decidiesen incluirlo o no en las aulas para su discusión crítica.

Así, por ejemplo, los de Baviera o Baja Sajonia se limitaron a recomendarlo mientras que los de Hamburgo o Turingia lo consideraron innecesario.

Algunos profesores creen que pueden prescindir perfectamente de esa edición y argumentan que para explicar los crímenes cometidos por el régimen genocida nazi XX, les basta citar pasajes concretos de "Mein Kampf", cosa que llevan ya tiempo haciendo.

Muchos, como el presidente de la asociación de profesores de Baja Sajonia, no creen que ese "Mein Kampf" comentado sea de gran ayuda porque se trata en cualquier caso de un texto "confuso y mal escrito", cuya lectura fatiga a los alumnos.

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