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Javier Cuervo.

Un millón

Javier Cuervo

El chupito de Trump

El chupito ideológico de Donald Trump es la frase "el éxito consiste en confiar en ti, no depender de nadie y tener presente que no hay nada imposible".

Lo primero que define es el objetivo: el éxito. El éxito es resultado y relato. Por resultado, Trump es un cuantificador. Por eso, pese a haber ganado las elecciones, rabia por haber obtenido dos millones de votos menos que su oponente Hillary Clinton. Cuando oculta los datos de su fortuna demuestra que el éxito es relato. Trump es un adicto al relato del éxito que desde el despacho oval tiene tiempo para tuitear que Arnold Schwarzenegger, su sucesor en un programa de televisión, consigue menos audiencia que él.

El elemento más peligroso de la combinación con la que busca, con necesidad creciente, su dosis de éxito es la confianza en sí mismo. Su padre le dijo que no confiara en nadie y él -confiando en su padre- no confía en nadie ni cree en nada que no sea Donald Trump, lo que le convierte en un fanático de sí que se da la razón en el relato del éxito redactado por un ego que cubre las dimensiones del universo, con el que comparte la falta de límites.

"No depender de nadie" en un mundo que es interdependiente no niega la dependencia: desdeña la responsabilidad en las consecuencias de las acciones. Donald Trump depende de los bancos y no le importa porque los bancos dependen de sus deudas. En política, la interdependencia determina el equilibrio, por eso Trump solo ha traído equilibrio inestable. En el exterior, separándose de Occidente; en el interior, forzando el equilibrio de poderes.

"Nada es imposible" no quiere referirse a grandes logros, sino a ser capaz de hacer cualquier cosa para lograr el éxito, al que es adicto, con una confianza fanática en sí mismo y sin importar las consecuencias que pueda tener en el equilibrio negar las consecuencias de la interdependencia.

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