Pero ¿qué pasa en esta ciudad vigosauria y su área dinopolitana (como diría en su "Cachocentolo" el médico audiovisual Alberto Carreró) cuya área hostelera se reproduce como coneja? Solo en el centro de la ciudad se inauguraron esta semana cinco locales contando El Capitán, del que ya hablamos, y no lejos unos de otros. Uno es restaurante, la antigua Cata que llevaba años cerrada en La Alameda y abre María Manuela, antes en Real; otro, El Pedal, lo abre Raquel Novoa en Joaquín Yáñez esquina Gamboa para vinos y tapas; y un tercero, la antigua cafetería Moka, que Mónica Val y su guardaespaldas nupcial Antonio han convertido en Vigo Café. ¡Ah, pero como no basta a este espíritu de coneja que posee la ciudad, a ese culo inquieto que es nuestra Belén Bobo, a la que conocimos en el Gamboa o con el primer japonés en la calle Cuba, abrió otra vez en esta calle, en el 2, el Botánica, algo singular en Galicia y nada parecido a lo japonés.
Los bocatas de la Bobo
La Bobo hablaba ayer por la nariz del trancazo que tenía pero me lo contó casi todo. Nunca es tarde para comer sano y con esta filosofía abrió Botánica en la calle Cuba 2 de Vigo. La idea es clara, elevar el sandwich a un concepto de comida sana, rápida y ligera, pero con calidad. Amén de otros platos como entrantes o ensaladas, Botánica elabora platos internacionales y los presenta entre dos panes de calidad. Un pan natural, de masa madre y hecho con semillas de spelta, chia y centeno que elabora diariamente para ellos el Atelier de Diego Caride, un innovador panadero de nuestra ciudad. A los fogones de Botánica, Jandro Villa. ¿Ambiente? Cálido y acogedor, entre plantas naturales a modo de campiña británica. Belén Bobo, acompañada por su amiga Gogo Pérez Puga, nos trae una nueva propuesta de restauración muy poco extendida en nuestro país, pero que triunfa en todo el norte de Europa.
¡Ay qué Pedal nos cogimos!
En Joaquín Yáñez 16-18, esquina Gamba, nació ayer O Pedal, y no sé qué quieren sugerir con el nombre, si deporte de bici o o pedo escatológico. Raquel Nova, hija del exconcejal Mano Nova, es quien abre este mesón de vinos generosos y cervezas al modo del Imperial, con la que llegas a casa comido. Bajo y planta superior con terraza, pequeña pero cálida. Seguro que Raquel va a romper el maleficio del local, con tres bares anteriores cerrados pero por su falta de personalidad hostelera.
¡Y qué tertulia en Café Vigo!
El cuarto local de los abiertos esta semana tiene historia, porque fue el antiguo Moka, ahí en la esquina de Policarpo Sanz con Colón, la de los cuatro bancos, lo cual le venía al pelo a la hora del café. Ahora, tras años cerrado, es Mónica Val y su marido, José Antonio Giráldez, que había sido camarero y amable sonrisa del Moka durante 15 años, pasando después por La Bolera, Las Tres Luces y Puerta Príncipe. Quieren recuperar esa personalidad de cafetería agradable, de tertulia, aperitivo, tapas e incluso menú diario. Ojo que incluye gintonic.
