"Donde quiera que alumbre un sol católico, hay siempre alegría y un buen vino tinto, al menos así lo he visto yo siempre. Alabado sea el Señor". Eso decía ayer parafraseando al Padre Smith de la novela de Bruce Marshall y a modo de jaculatoria Paco Tizón en el bar Marisco, ahí en la avenida de Lema y Marina 159, mientras levantábamos una taza de buen tinto gallego brindando por el triunfo del Celta, el noble gesto de Mouriño al no desprenderse de las acciones y, sobre todo, por estar vivos. De vez en cuando nos vamos con Paco Tizón y sus 87 años a tomar unos callos al Café da Vila de Redondela, antes de rematar en la vinoteca de Manolo "Calado", o a tomar unos pescaditos al bar Marisco, donde ahora está de parrillero Alfonso Ballesteros . Tizón, ex concejal en Vigo y Redondela, es un tipo muy vivo a pesar de que le queden unos años para nonagenario, de larga experiencia, lo que le permite mirar con distancia, mucha memoria que la edad no le ha quitado y no menos solvencia cultural. Solo le falla ligeramente la arquitectura ósea, qué,menos. Le acompañamos el bienhumorado industrial redondelano Pepe Pazos, Luis Piñero y Emily Boullosa, que está en todas. ¡Qué humildes pescaditos y qué ricos en sencilla fritada!

Amandio e a vaidosa lamprea

Y que llegó, llegó el tiempo de la lamprea, me recuerda mi amigo Amandio, el del restaurante del mismo nombre de mesas pobladas de libros que tantos conocéis en la Rúa Direita de Caminha. Me dice él, que tiene alma de poeta, que el bicho llegó en traje de gala, no sabe si vestida por algún diseñador, "mas a verdad é que ela chega vaidosa, linda, rebolando-se nas augas frías do noso pai Minho. Assim comenza uma paissao". Cómo se pone Amandio cuando llega la lamprea.Y también me llamó Pepe, del bar Cortesía del Calvario, para tomar su primera lamprea del año juntos, pero yo estaba a muchos kilómetros.

De la obra de Rafael Alonso

Ya hace 20 años que se murió Rafael Alonso, ese acuarelista genial cuyas obras están en todas las casas bien de esta ciudad y de otras muchas, de fuera, no en vano estaba considerado como grande en su género. Ayer me encontré con la que fue su mujer, Teresa P. Acosta, que tras muchos años viviendo entre la floresta hermosa de Gondomar ha vuelto a vivir a Vigo. Me contó que su hijo Gabriel Alonso inauguró ayer en el hall de la alcaldía la colección de cuadros que heredó de su padre y que cuidó hasta hoy con mimo. O sea que tenéis una ocasión de revisitar la obra del pintor.

Y de poesía maximiniana

Y este mismo mes editó su último libro el profesor de la Facultad de Filología y Tradución de la Universidad de Vigo Maximino Cacheiro. Podía ser ensayo, que ya lleva 14, pero es de poesía, que ya publicó 8 y en este último "As camelias acesas", se atreve a hacerlo al modo haiku japonés. Llega este libro sobre camelias muy oportuno porque estamos en tiempo de ellas, o sea que es como una poética bienvenida. Tiene una gran obra Cacheiro, que merecería aún mayor atención de la que ya tiene.