El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no está dispuesto a facilitarles en ningún caso la tarea a quienes proponen renunciar a la moneda común europea.
Mientras en Europa toman auge los partidos que solo ven perjuicios para sus países en el mantenimiento de la moneda común, Draghi les ha lanzado una advertencia a todos ellos.
"Si un país decidiera dejar el eurosistema, su banco nacional tendría que satisfacer antes en su totalidad sus obligaciones para con el Banco Central Europeo", ha escrito Draghi en carta a dos eurodiputados italianos.
Dejando de lado por una vez la complicada jerga de los economistas, el banquero europeo se ha expresado esta vez con total claridad: salir de la eurozona puede resultarle caro a un país.
Se trata de un aviso para partidos como el italiano Cinco Estrellas, del cómico Beppe Grillo, que se ha comprometido ante los ciudadanos a organizar un referéndum en torno al euro si logran acceder al Gobierno.
Ese partido italiano no está solo, sino que en su rechazo del euro le acompañan otros igualmente nacionalistas y eurófobos como el Frente Nacional de Marine Le Pen, el Partido de la Libertad holandés, la Alternativa para Alemania o el también derechista Partido Liberal Austriaco.
Antes de derivar hacia un partido claramente xenófobo y anti-inmigración, Alternativa para Alemania se había fijado precisamente como principal objetivo la renuncia al euro en su forma actual por considerar que perjudica al contribuyente germano.
Una de las razones por las que los países de la eurozona defienden el status quo, comenta el diario alemán "Süddeutsche Zeitung", es por el miedo a que las economías más débiles de la eurozona no terminasen de pagar sus deudas.
En su carta, Draghi alude al llamado "target 2" del sistema europeo de bancos centrales, que se ocupa de los grandes pagos denominados en euros, un sistema de liquidación bruta y en tiempo real de pagos transfronterizos.
Según datos del Bundesbank alemán, diariamente se efectúan en el marco de ese sistema unos 350.000 pagos transfronterizos por un valor de 2,5 billones de euros, lo que corresponde aproximadamente al valor del PIB germano.
Alemania, como mayor país acreedor de la eurozona, tiene 754.000 millones de euros a su favor en ese sistema, mientras que el déficit italiano se eleva a 358.600 millones de euros, que este país debería pagar antes de abandonar el eurosistema.
En un comentario en sus páginas económicas, el citado diario muniqués señala que el aviso de Draghi "no basta", sino que los jefes de gobierno de la eurozona deben presentar un plan sólido en defensa del eurosistema frente a los ataques de los nacionalpopulistas.
