Esta es la pregunta que trata de responder la investigadora María Sánchez Vidal, investigadora del Institut d'Economía de Barcelona, en un reciente trabajo disponible en el sitio web de la institución. Sus resultados son interesantes. Con datos para el conjunto de España y el período 2003-2011, la apertura de un gran centro comercial hizo desaparecer entre el 20% y el 30% de las pequeñas tiendas de comestibles en los cuatro años siguientes. Sin embargo, la mayor parte de los locales que quedaron vacíos (alrededor del 70%) habrían sido ocupados por otros pequeños negocios. Por tanto, más que vaciar, lo que harían las grandes superficies sería cambiar la composición comercial de los núcleos urbanos. Estos resultados serían similares si la gran superficie se abre a las afueras o cerca del centro de las ciudades.

Los procesos urbanos son complejos. La regulación local o autonómica les afecta, pero no los determina por completo, lo que hace necesario reflexionar sobre los efectos directos, indirectos e inducidos de las decisiones antes de tomar decisiones sobre peatonalización o urbanismo, por ejemplo. A veces lo que ocurre es que la población migra hacia municipios limítrofes (porque la vivienda es sustancialmente más barata) y eso genera problemas de explotación fiscal del centro por el entorno. Ferrol es un ejemplo. En otras ocasiones, un centro histórico vivo y con residentes se puede acabar convirtiendo en una especie de parque temático para turistas, como podría estar pasándole a Compostela. Y podríamos seguir con ejemplos de dinámicas urbanas que plantean desafíos diversos no siempre bien resueltos. En definitiva y como en casi todo, necesitamos pensar mucho las políticas públicas, también en el ámbito local, y evitar caer en los prejuicios maniqueos.

*Director del Foro Económico de Galicia