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desde mi atalaya

Manuel Torres

La Navidad marinense

El tiempo de la Navidad ha llegado e irrumpe con fuerza cuando todavía disfrutamos del buen tiempo. Es tiempo de esperanza y alegría, que reproduce nuestro tiempo vital y es la celebración que nos permite reencontrarnos con nuestra familia, nuestros amigos y con nosotros mismos. Es un tiempo de alegría y esperanza para todos, en el cual parece que estamos más dispuestos a comprender a los demás y a participar y colaborar con todos. Nuestro espíritu se siente feliz y tranquilo y todo lo vemos de otro color. Bien es cierto que también es cuando más se siente la ausencia de los que se nos fueron.

La Navidad comenzó con el encendido de la iluminación, que a nuestro entender, es escasa, tímida y fría. Escasa porque no abarca ni tan siquiera a todas las calles principales, dejando por ello muchas zonas de comercio sin iluminación, una como ejemplo: la parte final de la calle del Sol. Tímida porque este año la iluminación ni siquiera se aprecia, no llama la atención, porque no tiene la intensidad necesaria para deslumbrar, y fría porque al ser monocromática, todo en un blanco pálido, no transmite alegría ni animación. Tampoco hay música en las calles y quiérase o no, la música transmite alegría y anima el espíritu e invita a salir. Para desgracia sucedió el acto vandálico del incendio del Belén, ¡injustificable!, y que a decir verdad no está nada decorado, no se aprecia ni un mínimo de imaginación ni de amor, las balas de paja no son precisamente muy decorativas y ya sabemos a lo que conducen, desgraciadamente. Hay que decorarlo de otra manera, por ejemplo con arbustos y con algún telón de fondo que ambiente el lugar, porque el fondo es triste.

Siguió con el concierto de la Banda de Música de la E.N.M., que hizo más pequeño e inapropiado todavía el multiusos de la Plaza, dejando, una vez más al descubierto la necesidad urgente de la construcción de un auditorio para este tipo de actividades. Sitio hay en donde edificarlo, lo que falta es voluntad. El concierto, como siempre cuando actúa esta banda, y con el coro de alumnos, le dio todavía más un aire juvenil y alegre que encantó a los asistentes. Luego el Coro evangélico, concurso de "Panxoliñas", concierto de la banda de Santa Cecilia, y muchas más actividades organizadas por asociaciones. Y en la Alameda "Rosalía de Castro", como cada año, una enorme carpa con multitud de actividades para los niños, que hará las delicias de los más jóvenes. Y de nuevo el tren para disfrute de jóvenes y mayores. Total una gran y densa programación para todos. Para finalizar con la Cabalgata de Reyes para mantener la emoción de los más niños. Por eso debemos de gozar de la Navidad con alegría y solidaridad. Felices Pascuas de Navidad para todos.

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