El miércoles pasado participé en la presentación del último libro de Antón Costas y Xosé Carlos Arias: "La nueva piel del capitalismo". Una obra que, siendo sinceros, no es para todos los públicos. Absténganse los que no quieran pensar ni quieran saber lo que se nos puede venir encima; pero también los pesimistas irredentos o los que creen con fé ciega que los problemas actuales solo los puede resolver una suerte revolución de las que se hablaba en las aulas universitarias españolas hace 40 años. Porque se trata de un libro serio y bien sustentado en investigaciones académicas de calidad, que no se anda con rodeos y alerta de los riesgos y problemas, pero que no es pesimista al desgranar propuestas de actuación factibles pero eficaces, y que se enmarcan en un enfoque de reformismo gradual y continuo.
El libro habla de muchas cosas. Habla de los fallos que cometimos, unos más que otros, durante el boom de la década pasada; en el diseño de la Unión Europea, sin capacidad presupuestaria suficiente para afrontar una crisis y con un Banco Central Europeo que ha tenido que forzar sus propios estatutos para ser útil; en el dogma de la austeridad fiscal sin diferenciar en el tiempo y en el espacio, en función de las posibilidades reales; de la disparatada desregulación y falta de control del capitalismo (ultra)financiero, crecientemente desconectado de la realidad y necesidades empresariales y de los hogares; en fin, en la confianza de la moral de un sistema (el capitalismo) y un mecanismo (el mercado) que son extraordinariamente útiles para organizar una economía, pero que definitivamente son un peligro si no son combinados de manera inteligente con estructuras de gobierno, a escala nacional y supranacional, que velen por valores de justicia e igualdad que son ingrediente necesario para el bienestar y la paz social.
*Director del Foro Económico de Galicia
