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Tribuna libre

La mal llamada Variante de Ourense

La catástrofe del Prestige trajo, dentro del Plan Galicia, la construcción de un ferrocarril de Alta Velocidad a nuestra tierra. Era en noviembre de 2002. Hace 14 años. Desde entonces pasó de un tren poco más que convencional a la mejor de las plataformas de AVE. Todo sobre el papel.

La realidad es que en el Eixo Atlántico circulan los trenes a menos de 120 kilómetros por hora de media, todavía sin ancho internacional y con dos estaciones en Vigo sin comunicar.

El trazado desde Zamora se pondrá en funcionamiento, si se acelera la marcha, en 2020 y solamente hasta Taboadela, con la mayor parte del trazado en vía única, como ya lo es el Olmedo-Zamora.

Para el AVE a Galicia se han presupuestado desde 2008, 5.603 millones de euros y se han gastado solamente 2.350, el 42%. Y faltan años de obras.

Ahora llega un ministro nuevo y necesita añadir a la pretensión de que rescatemos las autovías radiales de Madrid el toque de austeridad de evitar gastar "600 millones en la variante de Ourense, que solo ahorraría 4 minutos al viaje Madrid-Galicia". Ni son 600 millones ni son 4 minutos.

Llamar Variante de Ourense lleva a los gallegos a pensar que es una cuestión local. No es así, es un tramo más del AVE Madrid-Galicia, de 17 kilómetros, y no hacerla afectaría al funcionamiento, a la seguridad y al tiempo.

Pasa por tres ayuntamientos. Las características de la vía actual son las siguientes: empieza en el punto kilométrico 233 y finaliza en el 248,7, que está en la estación de Ourense y desde donde continúa a Santiago. Contiene 17 curvas de las que nueve son de 400 metros de radio, como la de Angrois, y dos más cerradas todavía.

Las declaraciones de los distintos responsables de ADIF y Fomento valoraron el tramo Taboadela- Ourense en 200 millones, en 300 millones, en 400 millones, en 600 millones y en 800 millones.

El kilómetro de plataforma de la línea del AVE entre Olmedo y Ourense saldrá a 11,8 millones el kilómetro, el más barato de todos los que están en funcionamiento. Descomponiéndolo, Olmedo- Zamora (96 Km) costó 6,1 millones el kilómetro; Zamora-Lobeznos (132km) costará 8,5 millones el kilómetro; y desde ahí a Ourense (98 km) 21,5 millones el kilómetro.

Por lo tanto, el coste del tramo Taboadela-Ourense no podrá subir de 350 millones, aunque en los estudios informativos no pasa de 200. La cantidad más probable es de 300 millones. Desde hoy se puede calcular que se pondría en funcionamiento en 5 años, con algo de optimismo, sería a razón de 60 millones anuales en los presupuestos.

El comunicado de Fomento del día 13, en el que se desdice el ministro, es la zanahoria que sigue al palo. ¿Podremos fiarnos, con los precedentes?

Acondicionar el trazado actual, rebajando cotas en los túneles para que quepa la catenaria, electrificar, señalizar, cambiar vías para los carriles de separación internacional y otro para mercancías y todo sometido a dos años de Declaración de Impacto Ambiental, supondría un gasto económico y de tiempo inútil, frente a colocar en Taboadela un cambiador de ancho de rodadura y seguir con los Alvia hasta que estuviera hecha la variante. Si optan por la solución de acondicionar la vía convencional nos demostrarían que no hay intención de hacer el tramo nuevo y nos habrán decepcionado otra vez.

(*)Ingeniero de obras públicas, presidente de la comisión de infraestructuras de la Confederación de Empresarios de Galicia y miembro del equipo que propuso la variante exterior de Ourense.

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