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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El confort

A estas horas, probablemente la persona más arrepentida de una frase referida al "confort" que implica una Presidencia de a Diputación es la propia titular de la de Pontevedra, y autora del dicho, señora Silva. Se refería a su disposición a compaginarla con la tarea, "mucho más complicada", de la eventual responsabilidad de ponerse al frente de una nueva a gestora del PSOE gallego que relevase a la que ahora comanda doña Pilar Cancela.

La hipótesis se enmarcaba en el intento del alcalde de Vigo de dotar, aquí, al socialismo de una dirección nueva y provisional, con base de amplio espectro y por ello bastante más legitimada por ello que la que está en funciones y que fue designada en su día por Pedro Sánchez y su equipo sin intervención de las bases. De ahí -y de los resultados del 25/S- la "rebelión, encabezada por el alcalde de Vigo y la señora Silva a la que se unieron dirigentes y militantes de Ourense, sobre todo, y A Coruña.

La operación contaba con la incorporación a la nueva gestora de cargos públicos y dirigentes actuales e históricos pero fracasó de momento al no contar con la autorización de Ferraz, que optó por esperar a un congreso gallego a celebrar tras el federal. Y además, aunque sin confirmación oficial, por el riesgo de más divisiones internas ante el rechazo de sectores "del norte" a lo que consideraron un intento "del sur" para hacerse con el control del partido.

El cualquier caso, los diferentes criterios en las tres diputaciones socialistas y su intervención directa en favor o en contra del relevo de la gestora, ha vuelto a abrir el debate acerca de la razón de la existencia de esas instituciones. Y la frase de Carmela Silva planteó la vieja cuestión de si el valor real de las corporaciones es o no sólo el correspondiente al interés de los partidos que las gobiernan.

El debate, como los anteriores, no se ha cerrado, seguramente por la paradoja de que quienes más defendían su desaparición, las gobiernan ahora y han cambiado de argumentos, pasando del cierre a la "mejora de la gestión". Pero es lo cierto que entre la opinión pública existe apenas indiferencia, y las pocas encuestas que se han hecho sobre la cuestión reflejan un escaso índice de respuestas.

De lo que apenas hay dudas es de que ahora mismo, lo que predomina es una batalla entre PP y PSOE por su control. En la de Lugo ya hubo dos mociones de censura con resultados opuestos y se mantiene bajo presidencia socialista, y en la de Pontevedra 30 alcaldes del PP acusan al gobierno provincial de "sectarismo", pero con menos énfasis que en otros ámbitos. O sea, que lo del "confort" quizá tenga sentido.

¿Eh...?

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