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Lo imposible

Tiene razón Mas cuando dice que el triunfo de Trump demuestra que "a veces lo que parece casi imposible se convierte en posible". Es casi lo mismo que dice la ultraderechista francesa Marine Le Pen: "Trump ha hecho posible lo que hasta ahora se había presentado como imposible". Y los dos, cada uno desde su óptica, quieren hacer el imposible. Pero el primero violando la ley. Lo que significa que su imposible es imposible, mientras que el de Trump ya es una pesadilla tangible y el de Le Pen, pesadilla posible, no ha salido aún del pozo de los deseos.

Sin embargo, hay otra sutil diferencia entre las frases de Mas y Le Pen. El primero dice "lo que parece imposible" y la segunda: "lo que se presenta como imposible". La ultra francesa detecta una voluntad de negar sus posibilidades de llegar al Elíseo el año que viene; es decir, que habiéndolas, alguien las oculta. Por miedo o por interés. Y miedo e interés hay también en los políticos españoles que deniegan a Mas su secesión. Pero el soberanista catalán se traiciona cuando, sin darse cuenta, afirma que lo que ansía (solo) "parece casi imposible". Demuestra que ni él se lo cree del todo y que, todo lo más, se manifiesta como posibilidad, como aspiración política que incluso el Tribunal Constitucional considera aceptable.

Las reacciones de Mas y Le Pen al triunfo de Trump denotan la distinta confianza que uno y otra poseen en el logro de sus imposibles. Y la prudencia del catalán no puede achacarse solo a su mayor distancia ideológica con el magnate; distancia que es más conveniente que sustanciada, pues Trump ha ganado las elecciones con todas las gracias de la ley, que son las que a Mas no le asisten.

Muy al contrario, hay que pensar, por fuerza, que el expresident es sabedor de que lo que persigue no es más que un deseo imposible, como en privado han reconocido otros valedores del "procés"; así, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana Jordi Sánchez.

De manera que Mas sería más populista que Le Pen, puesto que la segunda cree tener una posibilidad y confía en que la victoria de Trump en EE UU pueda ayudarla, mientras que Mas, que sabe que no la tiene, embarca a seis millones de personas (la mitad al menos de las cuales rechaza su proyecto "de país") en una aventura que ha hipotecado la gestión de cualquier otro asunto en Cataluña. Si populista es aquel que propone soluciones fáciles para resolver problemas complejos, ¿qué será quien propone a sabiendas soluciones imposibles para problemas que no existen salvo por la solución que se propone para resolverlos? ¿Menso? ¿Caradura? Elijan.

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