Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joaquín Rábago.

Un partido hecho un guiñapo

A la vista de lo sucedido últimamente está el PSOE, o lo que queda de él, por los suelos, y va a ser muy difícil que salga un día de la ciénaga en la que lo han metido algunos.

Será muy difícil al menos con los mismos actores, quienes, bien por ambiciones personales, bien por miopía, por debilidad ideológica o por todo ello a la vez, han hecho del partido que fundó Pablo Iglesias un guiñapo.

Han hecho los golpistas de palacio un flaco favor a la democracia, han faltado a la palabra dada a militantes y votantes y han tratado de justificarlo por la necesidad de evitar un mal mayor si se presentase el partido a unas terceras elecciones.

Han maniobrado de la peor manera desde el Norte y el Sur, la región cuyos dirigentes menos lecciones puede dar a tenor de los casos que investigan allí también los tribunales.

No han entendido nada al buscar aquéllos una sola cabeza de turco para lo que ha sido un fracaso colectivo.

No comprenden las razones por las que el PSOE se ha ido hundiendo cada vez más mientras surgía un Podemos, que conectaba mejor con las jóvenes generaciones y no solo con ellas.

Han hecho bandera del más rancio nacionalismo españolista, un nacionalismo posfranquista no tan diferente del que siempre ha inspirado al partido de Mariano Rajoy.

Han hecho bajar de su Sinaí a un exsantón dedicado ahora a los negocios, quien, junto a otros fantasmas del pasado, tan eficazmente ha contribuido a la operación de desmontaje de un líder sin demasiadas cualidades y que además les salió rana.

Han demonizado y visto su principal enemigo en Podemos en lugar del PP, y se han visto pagados con la misma moneda.

Y han terminado entregándose al PP de todas las corrupciones, a un PP dirigido por el mismo político que lleva casi cinco años ninguneándolos, sin atreverse a poner al menos su cabeza como condición para tal entrega.

¿Con todos esos antecedentes quieren ahora convencer a quienes un día los votaron de que van a liderar con eficacia la oposición?

¿Y si, como temen algunos, decidiera Rajoy convocar nuevas elecciones para acabar con un hipotético obstruccionismo socialista a sus planes de recortes?

¿Quién iba a confiar ahora en el PSOE de Susana Díaz, José Blanco y Javier Fernández?

Compartir el artículo

stats