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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los discursos

Respetanto otras opiniones -que ya tienen advertido las Sagradas Escrituras que de todo hay en la viña del Señor- no son pocos los que, oídos o leídos los discursos más recientes del señor presidente Feijóo coinciden en señalar que "suenan" como los de un firme candidato a la Moncloa. En el futuro, por supuesto, que hoy por hoy el PP ya tiene al señor Rajoy, aunque también son bastantes los que consideran que más temprano que tarde se echará a un lado; quizá en un par de años, si resiste el calvario que le aguarda.

El círculo cercano de don Alberto niega -aunque con distinta rotundidad- esa hipótesis, en la que cada vez cree más gente y recuerda el compromiso del jefe del Ejecutivo gallego de que estará el próximo cuatrienio "al servicio de Galicia". Claro que como el puesto en el que el servicio puede cumplirse no excluye la jefatura del Gobierno Central, el asunto empieza a tomar cuerpo.

De momento, y como se ha dicho, esa posibilidad se plasma -incluso malgré lui- ya en sus discursos más recientes. En el que dirigió al Congreso de Empresas de Familia, planteó recetas político-económicas de relieve, que superaban en mucho el ámbito de lo que hasta ahora son sus competencias en la Xunta. Y fue acogido con esperanza y complacencia por un auditorio que hoy da trabajo directo a millón y medio de personas.

Es un síntoma. Como lo son también las palabras que dirigió a su grupo parlamentario del PPdeG. al que exhortó al diálogo "como si no tuviese mayoría absoluta" en una legislatura que en todo caso será la última de Feijóo aquí. Un texto en el que, aún sin decirlo, se renuncia a la arrogancia que a veces había mostrado la Xunta y que no le hizo ganar muchos amigos.

Esa recomendación parece especialmente aplicable a la actitud en estos cuatro últimos años del gabinete del señor Rajoy, actitud en la que se amparan no pocos políticos para rechazar ahora cualquier tipo de ayuda en la próxima investidura. Y eso puede ser opinable, sobre todo ante el contraste de la cerrazón absurda y las conductas del "No es no", elevada por Pedro Sánchez y los suyos de tontería a idiotez. Pero el PP fue demasiado soberbio muchas veces. y por eso lo está pagando.

En fin, puestos a citar casos que "suenan" a Gobierno central, hay que hablar de las reglas éticas del presidente gallego a sus cargos públicos para combatir la corrupción. Y que se resumen en consejos además de la exigencia de cumplir las leyes. Y si la corrupción le hizo perder al PP tres millones de votos según el propio Feijóo, combatirla con eficacia puede devolvérselos. Un programa electoral, dicho sea de paso. ¿O no?

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