Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

la mirada

La clave, despuntar

El próximo viernes arrancará oficialmente la X Legislatura del Parlamento de Galicia

| Savia nueva en O Hórreo. El próximo viernes arrancará oficialmente la X Legislatura del Parlamento de Galicia con la toma de posesión de los nuevos diputados. Habrá muchas caras desconocidas. La renovación en las filas de oposición alcanza al 80% de los puestos y en el PP, al 50%, aunque el porcentaje se puede elevar si Alberto Núñez Feijóo vuelve a imponer la regla de que quien salta al Gobierno debe renunciar al escaño. El máximo exponente de la renovación es Paula Quinteiro. Esta diplomada por Enfermería de Vigo con solo 25 años se convertirá en la diputada más joven. Pertenece a Podemos, pero es crítica con la dirección oficial y se declara anticapitalista. La entrada de savia joven tiene sus ventajas: ilusión ante la novedad, afán de superación, ánimo redoblado y ganas de hacerlo bien en la nueva tarea, cierta osadía y temeridad por intentar cosas nuevas... pero también supone complicaciones. Se necesita un tiempo de engranaje, de andar con el reglamento en la mano hasta aprender cómo funcionan las comisiones, cuántos votos son necesarios para impulsar una moción, o cuándo tiene uno derecho a tomar la palabra en el Parlamento. 75 hombres y mujeres, la mayoría hombres, de mediana edad y con estudios asumirán la responsabilidad de legislar por el bien de Galicia y controlar la acción de la Xunta. Toda una responsabilidad.

| Competencia en la oposición. El PPdeG, con una mayoría absoluta intacta, abre una etapa que en su arranque al menos se prevé tranquila. Sin baches, aunque en política nada se puede dar por sentado. Más difícil será para la oposición. En Marea y PSdeG, que empataron en escaños aunque los primeros sumaron más votos, 17.142 más exactamente, están en posiciones tan reñidas, que su reto en la legislatura será descollar uno respecto al otro. Marcar la diferencia, sobresalir, destacar para consolidarse como alternativa y líder de la oposición a través de la actividad parlamentaria. Será interesante comprobar a quién concederá el título de rival el PP, y seguro que se lo quitará y pondrá a uno y otro en función de lo que más le interese en cada momento. En su mano está por ejemplo cómo se sentarán los diputados de la oposición. ¿Pondrá a los parlamentarios de PSdeG detrás de En Marea, favoreciendo a los segundos, o les hará compartir bancada para visualizar la disputa por el liderazgo de la oposición? En principio, el reglamento del Parlamento juega en contra de las fuerzas de la oposición, si quieren distinguirse de sus compañeros de fila, marcar su perfil propio. Como ninguna tiene 15 diputados, se necesitarán mutuamente para presentar mociones de censura o solicitar comparecencias de los miembros del Gobierno, demandar la convocatoria de plenos o la constitución de comisiones de investigación. No tendrán la exclusividad, y entre ellos podrán aislarse. Por ejemplo, si En Marea solo busca los votos del BNG para reclamar una pesquisa sin contar con el PSdeG. Y solo es una variable.

| En Marea. El grupo parlamentario de En Marea, con 14 escaños, está integrado por el cabeza de cartel del 25-S, el exmagistrado e independiente Luís Villares, y dos diputados de Anova, formación liderada por Xosé Manuel Beiras, tres de Esquerda Unida, una parlamentaria de Cerna (partido antes integrado en Anova), y 7 diputados de Podemos, de los cuales tres son de la corriente oficial, tres pertenecen al bando de los críticos y una última que va por libre y pertenece al Movemento Anticapitalista. Aunque En Marea nació en verano como un partido instrumental donde los militantes de Podemos, Anova, EU y las mareas locales se inscribían de forma individual, llegado el momento de convertir la teoría en la práctica, surgen las tensiones. A Esquerda Unida, con 3 actas en O Hórreo, le cuesta dejar el carné de militancia de EU en casa, y ya reivindica "el reconocimiento de las partes en el espacio de En Marea". Un discurso que choca con los nacionalistas de Anova, que se preguntan en las redes sociales que parte de "adscripción individual" no entienden sus compañeros. Villares, que aspira a consolidarse como el líder de En Marea, también ve con disgusto la maniobra. Defiende un partido único y un proyecto único, rechaza incidir en la doble militancia de sus miembros y no quiere ni oír hablar de cuotas de partidos en el seno de En Marea. Pero, ¿puede uno olvidar sus orígenes? Podemos, a quien le costó y mucho entrar en En Marea, pues prefería la fórmula de la coalición electoral, oficialmente defiende el partido instrumental y la adscripción individual, pero al tiempo remarca que 7 de los 14 diputados son suyos. Eso tiene que significar y pesar de algún modo, piensan en la formación morada. El reparto de tareas, y especialmente del protagonismo, en el grupo parlamentarios dará la medida de hasta que punto "se reconocen o no las partes".

| El porvenir. El futuro del segundo partido más votado en Galicia está por definir. Nació con prisa para concurrir a los comicios autonómicos, y debe decidir sobre qué bases asentarse, y cuáles serán sus prioridades ideológicas. ¿Perderá o ganará influencia su corriente nacionalista, después de no haber conseguido fagocitar al BNG por completo y de que la formación frentista haya demostrado que aún tiene unas cuántas peleas que dar? ¿Suavizará su discurso para crecer por el centroizquierda e intentar comerse electoralmente al PSOE o reforzará su polo más contestario y radical para que los más radicales no se fuguen? Concretar su ideario pero también dar formar a su estructura son asignaturas pendientes para la nueva legislatura. Llama la atención que un partido con 14 diputados como fuerza base desconozca su alcance. La líder de Podemos en la comunidad, la viguesa Carmen Santos, no tiene claro si En Marea sería la fórmula a reeditar en caso de unas terceras elecciones generales, a día de hoy más bien improbables, pues el PSOE, tras el cambio de rumbo asestado por los barones, camina hacia la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. "Habría que sentarse a ver", declaraba esta semana en Sermos Galiza. ¿Se imaginan un partido como el Guadiana que aparece y desaparece según la cita electoral de turno, o que los que se presentan a unos comicios con un nombre en los siguientes cambien de nombre, o lo que es peor, que en unas elecciones vayan juntos y en las siguientes, por separado? En definitiva, ¿En Marea vino para quedarse?

| Renuncias, bajo lupa. Los movimientos internos en el seno de En Marea serán de capital interés, igual que en el PSdeG. La gestora propone al que fue cabeza de cartel, Xoaquín Fernández Leiceaga, como portavoz, y el grupo parlamentario, que le es favorable en su mayoría, aceptará la decisión. En la medida en que la dirección gallega es provisional, y son muchas las voces que piden la marcha de la gestora, el mandato de Leiceaga queda supeditado a la existencia de un recambio en la rúa de Pino, sede del PSOE gallego. En esta legislatura, cobrará especial importancia también la renuncia de escaños que imponga Feijóo a los diputados que fiche para su Gobierno. Si por cualquier circunstancia el hoy presidente en funciones tuviese que irse, por ejemplo a Madrid, el sucesor estaría en su grupo parlamentario. Solo los diputados pueden ser investidos presidentes de la Xunta. Los conselleiros, a los que Feijóo permita compaginar acta y cartera, estarán en el punto de mira más que nunca como posibles sucesores. Ya pasó en la pasada legislatura, con Alfonso Rueda, vicepresidente de la Xunta, y Agustín Hernández, hasta que se fue al Concello de Santiago.

Compartir el artículo

stats