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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los interrogantes

A estas alturas, cerradas las cuentas electorales y con las cosas claras -aunque algunos parezcan tenerlas más confusas que nunca- hay que saludar el anuncio de don Luís Villares de que será el Portavoz "único" del partido instrumental En Marea. Y hay que hacerlo por comparación -aunque odiosa- con lo que les pasa a otros cuando tienen varias voces y además encontradas y que no acaba de entenderse. Y a veces incluso argumentan diferente el mismo concepto. O lo parecen.

Y es que, dicho siempre desde el respeto, no resulta fácil, parece, creer sin más explicaciones, que el candidato será el único portavoz. Por la sencilla razón de que un partido instrumental es precisamente una herramienta que tiene sus ventajas posteriores, pero no quiere decir que además posea otra ligazón estratégica que vaya más allá de unas elecciones concretas ni tampoco argamasa ideológica muy consistente. Y ni siquiera mando único; ahora mismo -y por el momento- todo el mundo sabe que en Podemos Pablo Iglesias es quien ordena y que su hueste es la mitad del total de En Marea. Y eso es mucha tela para cortar con una sola tijera.

Dicho eso, hay también otra interrogante al menos planteada ya, en opinión de quien esto escribe, y es cuánto podrá durar, en caso de discrepancias, la actual y aparente tranquilidad en el seno de EM. Existe ya quien apuesta por una especie de modelo amistoso -dentro de un orden-, pero eso es jugar a las profecías, y ya tienen advertido las sagradas escrituras que nadie es profeta en su tierra ni en la del vecino. En todo caso, y por si no resultare así, hay quien juega a eso.

En todo caso, y siempre desde el respeto a otras opiniones, de las primeras declaraciones del portavoz Villares -además de las extemporáneas de un par de distinguidos miembros de los grupos principales de ese partido- da la impresión de que hay muchos ahí que siguen sin entender del todo cuál es la realidad. Y eso no solo es funesto políticamente, sino suicida desde un punto de vista electoral.

El motivo por el que se expone lo antedicho es doble. De una parte, por el tono general de la intervención de don Luís en la reunión de hace casi unas horas con su gente, de la que podría deducirse que para él los motivos del voto -bastante menor del que esperaba- hacia los suyos son muy variados, lo que no es bueno. Y de otra parte, que no descarta del todo que haya algo de cercanía con el desprecio que la pareja de la gauche divine antes citada. Y eso plantea un interrogante más sobre las proclamas de igualdad y fraternidad proletaria que repiten constantemente. Y son demasiados interrogantes como para estar tranquilos. ¿O no...?

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