La aceleración de la economía gallega es evidente. Los datos para el segundo trimestre del año publicados hace unos días por el IGE y sintetizados en la figura adjunta no dejan lugar a la duda. El crecimiento interanual ha alcanzado ya el 3,0% y el intertrimestral se sitúa en el 0,8%. Para la economía española, las cifras son 3,2% y 0,8% respectivamente. Además, los datos para julio apuntan a que los dos porcentajes para Galicia podrían incluso aumentar en el tercer trimestre.
Así las cosas, en 2016 Galicia va a situarse por fin a la altura de España (recordemos que en 2014 y 2015 acabo 1 punto por abajo) y por encima de lo que cabía prever hace apenas unos meses. La previsión inicial del 2,5% se superará casi con total seguridad y el 3% anunciado esta misma semana por la Consellería de Facenda es factible atendiendo a las proyecciones que podemos hacer hoy.
¿Y a qué se debe esa rápida mejoría de la economía gallega? Fundamentalmente a dos factores: el consumo de las familias y el presupuesto de la Xunta. Las expectativas de las familias han mejorado y eso da alas a un consumo que no arrancaba en Galicia. Por su parte, la expansión del presupuesto de la Xunta en 2016 es notable y pone final a una austeridad fiscal que nos ha permitido ser de las Comunidades Autónomas cumplidoras, pero que ha supuesto un precio a pagar en términos de dinamismo económico. Hacia el futuro, cabe ser más optimistas: la menor deuda acumulada en términos comparados conlleva una menor carga por intereses y, por tanto, más dinero para gastar en bienes y servicios públicos que la mayoría de autonomías. Y la pactada eliminación en Enero de 2007 de la rebaja salarial que la Xunta viene aplicando desde hace varios años a los empleados públicos gallegos apuntalará el consumo.
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*Director de GEN (Universidade de Vigo)
@SantiagoLagoP