A la espera de que los ciudadanos -que en teoría tienen la última palabra- decidan, no parece que el banderín de enganche para sus votos elegido por un par de candidatos sea el más adecuado. Porque hablar a estas alturas, y en las circunstancias actuales, de que "hay que derogar el Estatuto, que es papel mojado", o predicar que "autodeterminación es el reto del buen gobierno", no aparenta estar en las prioridades de la gran mayoría de los habitantes de este antiguo Reino.
Desde luego, doña Ana Pontón, del BNG, y el señor Villares, de En Marea, respectivamente, tienen todo el derecho a plantear sus objetivos electorales y a defenderlos. Cosa diferente es que acierten, y por eso se aludía al fallo final de la población, al menos tan respetable como ellos o sus adversarios. Las que sí caben son otras opiniones, siempre que se pronuncien con respeto incluso en el caso de que sean discrepantes.
Ocurre, por desgracia, que hay aquí quienes creen que los únicos votos "realmente democráticos" son los suyos, y los demás están "condicionados por presiones, campañas o intrigas". No parece el caso de ambos candidatos, aunque sí sorprende la aparente -al menos en el concepto de fondo- similitud de objetivos, sobre todo cuando a pesar de los llamamientos múltiples y cruzados desde las dos organizaciones se hicieron, si no para una convergencia, al menos para una entente.
La sorpresa, conste, es doble. En el caso de doña Ana porque su Fronte, si es que sigue siéndolo, ha formado parte de Xunta, la bipartita, que con la suma de escaños tenía una mayoría absoluta que le hubiera permitido, si no aprobar otro Estatuto, sí aprovechar mejor el vigente. Y en ese sentido, el "papel mojado" hubiera sido también de algún modo responsabilidad del BNG. Siquiera por omisión.
Por lo que a don se refiere, y aunque su frase parece aludir a la de Felipe II, no resulta probable la coincidencia, dadas las distancias ideológicas -y temporales- entre ambos. Y, en todo caso, tampoco existiría semejanza, pues el monarca escurialense habló de "sosegar" como norma de buen gobierno y es probable que la autodeterminación no provocase precisamente esa sensación en los ciudadanos.
Por eso, insistiendo una vez más en que se trata de una mera opinión personal, se manifiesta desacuerdo con los candidatos de BNG y En Marea, porque -valga la insistencia- ni es momento oportuno para la rotundidad de la señora Pontón ni la propuesta del juez -en excedencia- Villares tiene encaje actual en la legislación. Cierto que en otra quizá sí, pero habría que elaborarla y aprobarla en otro sitio, no en Galicia. Y eso debe explicarse muy bien.
¿Eh...?
