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galería de cristal

Manolo "O da línea"

Ayer sufrimos uno de esos latigazos que la vida nos hace sentir con la desaparición de un amigo y, como en este caso, un personaje especial como fue Manolo "O da Línea". Si hubo en este mundo un hombre afable y con halo de paz y sensibilidad, ese ha sido Manolo, "O da Línea", que encontró en el arte popular una salida airosa a su jubilación mostrando, además de su carácter de hombre alegre y afable, una inusitada capacidad para expresar con simples bimbios recogidos en la húmeda vereda de cualquier camino, la imagen más cálida de la expresión artística popular, capaz de reproducir imágenes, personajes y escenas, retorciendo y combinando las delgadas varas de mimbre tras elegir los tonos de color más adecuados para cada una de sus obras.

Manolo me decía no hace mucho, cuando tuve la ocasión de fotografiar en su casa cada una de sus sorprendentes obras: ¡Canto tempo teño perdido a esperar nas viaxes!, y es que Manolo encontró la principal pasión de su vida cuando, entre la edad y la enfermedad, tuvo que dejar de ser "O da Línea", como conductor de los autobuses de La Unión, en los que hizo miles de excursiones y viajes con esperas interminables a los viajeros entre llegar y salir. Si Manolo hubiera descubierto antes su afición, aquellas largas esperas le servirían para crear mucho antes la magnífica obra que nos deja para la posteridad y con cuyos trabajos ha asombrado a muchos incapaces de entender cómo, con simples mimbres, se pueden reproducir imágenes de personas, animales, escenas de labranza, aparatos tan complicados como alambiques, carros del país, o, conjuntos escultóricos como la iglesia de "Santa María do Campo", tanto en su exterior como su interior; los cuatro paisanos jugando al tute con mesa y sillas incluidas, o el mismísimo primer autobús en el que trabajó como conductor. Sorprendió de forma especial cuando a un concurso de maios presentó el barco arrastrero en el que estuvo embarcado en sus años juveniles al que no le faltaba detalle, aunque los iluminados del jurado calificador, haciendo gala de su ignorancia, consideraron que un barco de mimbre no era adecuado a pesar del arte que contenía semejante obra, como si el mimbre tuviese menos méritos que el cartón, la madera o cualquier otro material utilizado.

Ayer quedamos impactados al oír en la radio la esquela del fallecimiento de Manolo, "O da Linea", y sentimos que con él se va un gran artista o artesano, como prefería que se le calificase, pero sobre todo una gran persona que ha dejado huella de bondad y afabilidad entre sus vecinos y sus innumerables amigos y conocidos ganados a lo largo de tantos años de servicio al público en aquel autobús que llevaba a su propia casa al término de cada jornada para cuidarlo como cosa propia, tal era su capacidad de responsabilidad con la que se granjeó el respeto de la propia empresa y sus usuarios.

Descanse en paz, Manolo "o da Línea" y sea con su esposa hijos y demás familia la resignación cristiana que necesitarán para superar el trago de su ausencia. Hoy a las cinco y media saldrán sus restos mortales del Tanatorio San Marcos para las exequias fúnebres previas a su inhumación.

Hemos perdido a un gran hombre y a un magnífico artista popular.

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